69 - 'Celos'

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Entré al baño suspirando con pesadez, estaba bastante mareado, maldigo al Tequila y su tosco sabor que abrumaba mis sentidos de igual forma que los abrumaban los hermosos ojos de mi novio, aunque presentía que yo no era el único fascinado por esa bella mirada celeste.


— Ah, señor Atwood — me saludó el chico pelirrojo que se lavaba las manos calmadamente, al verle, sonreí de forma algo forzada mientras avanzaba al lavabo junto a él para tomar algo de agua y frotarme la cara con ella, a ver si así lograba sacarme el mareo por el licor — ¿Le marearon las palabras de los socios de mi padre, verdad?


— Abruman un poco, he de admitir — respondí mirándome al espejo con detenimiento, no lucía tan desaliñado, de hecho, daba perfectamente la impresión de ser chico aspirante a ser empresario, exactamente lo que quería demostrar, y de cierta forma me alivió ver que, aunque ese chico era bastante atractivo, yo no tenía mucho que envidiarle, la vida de pareja me estaba sintiendo bastante bien, mi aspecto físico lo demostraba.


— Sé que no me concierne, pero debería considerar realmente invertir, señor Atwood, la empresa Dawson es muy importante, le dará muy buenos resultados invertir.


— Vaya, veo que tratas de impresionar en tu primer día — dije en un ligero tono cínico que copié de Yelena, logrando que el pelirrojo sonriera apenado y pasara su mano por su propio cuello.


— Mi padre es uno de los socios mayoritarios, debo impresionar sí o sí — admitió entre sutiles risas — Aunque será difícil, todos me miran como si fuera un niño.


— Te comprendo, me sucede igual — admití, tratando de no sonar tan cretino sin razón, aunque ese sujeto no iba a tardar en darme razones.


— El único que no me mira como un niño es el señor Dawson, y eso me aliviaba, es decir, es el jefe, y ganándome al jefe ya es un gran paso ¿no cree usted? — dijo de lo más calmado y coqueto, me hervía la sangre tan solo de oírle, ¿porqué me decía esto? y de inmediato recordé que ambos teníamos casi la misma edad, y que él no sabía que ese anillo en mi dedo me lo había dado el hombre del que hablaba, no sabía si podría aprovechar el descuido para preguntar algo, o si de plano debía tragarme lo que sentía e irme, Mónica me habría dicho "vete de ahí" pero, Mónica estaba a kilómetros de distancia de mí, no podía impedir que yo cometiera una tontería, y aunque no lo crean, eso me mortificaba como no tenían una idea, mi consciencia estaba en otro país cogiendo con su novio, dejándome solo con mi instinto sociópata de cometer alguna idiotez.


— Sí, es eso cierto — dije lavándome las manos nuevamente — Y es muy guapo, no parece de 35 — me atreví a decir eso, entendiendo que no puedes ir por ahí preguntándole a la gente "oye, ¿eres gay?" por lo que hice dicha pregunta trampa, si se extendía en el tema, era más gay que la música de Lady Gaga, si me ignoraba, mis celos eran solamente paranoia de mi parte.


— ¿Disculpe? — preguntó aquel chico mirándome confundido, yo reí levemente ante su incógnita.


— Ah, perdona, es una cosa mía — me excusé riendo de forma pasivo-agresiva, se me estaba pegando dicha forma de hablar — lo que pasa es que me gusta fijarme en qué tan atractivas son las personas, sé que mucha gente lo ve mal, pero ya es algo mío, ¿qué puedo decirte? — el chico empezó a reír un tanto nervioso, eso casi me logra convencer de que era heterosexual, repito, ¡casi!

Amor Y PrejuicioWhere stories live. Discover now