4.10

186 42 0
                                    

—¿Realmente no quieres pasar la navidad con nosotros?

—Le prometí a Lea que iría con ella a Francia durante Navidad—Xavier hizo una mueca al ver el rostro triste de Sirius—. Madame Rosier también insistió cuando traté de negarme, y solo tuve que aceptar. Volveré para año nuevo, Sirius, tampoco significa que no me verás hasta el fin de curso.

Xavier soltó una risa cuando su hermano mayor le abrazó con fuerza, sin tardar en corresponder al gesto.

—Eres mi hermano pequeño, Xavier—Comenzó el mayor, aún abrazándole—. Y aunque me perdí 14 años de tu vida y te conocí cuando ya eras grande, sigues siendo mi hermanito, y me preocupo por ti.

—Ahora estoy más cerca de los 18 años, ya es hora que te relajes un poco—El menor se separó, palmeando el hombro del contrario—. Es hora de buscar una esposa y me des sobrinos.

—¡Sigue soñando, Eridanus!

El Slytherin se alejó soltando risas de Sirius, caminando junto a su baúl hacia su mejor amiga, quien le esperaba a un costado de la plataforma 9 y 3/4 junto a su abuela, quienes comenzaron a caminar cuando el chico se unió a ellas. Salieron de la estación King's Cross luego de unos minutos, y en un parpadeo, desaparecieron de aquel lugar, apareciendo en Rosier Manor.

[...]

El último nacido de los Black efectivamente pasó la Navidad en Francia, pero eso no evitó que tuviera que aparecerse en Malfoy Manor, frente a Lord Voldemort, para ser partícipe en ataques a nacidos de muggles y revueltas para causar caos colectivo, porque era obvio que Xavier estaba y seguía estando a prueba en cuando a su lealtad.

Y en una de esas revueltas, varios Mortífagos cayeron ante los Aurores, justamente, el 25 de Diciembre, y entre ellos, se encontraba Lucius Malfoy, lo que terminaba siendo un peso mayor para Draco en cuando a la misión que Voldemort le había encomendado. Xavier estuvo a punto de ser capturado esa misma noche, por lo que no fue de esperarse que el chico se cuestionase las razones por las que seguía allí desde que llegó a la Madriguera para pasar los últimos días de vacaciones junto a Sirius, y simplemente, se dio cuenta que no tenía escapatoria a su desagradable destino: Solo esperaba confiar que, algún día, Harry Potter pudiera eliminar a Lord Voldemort de una vez por todas.

El regreso al castillo fue distinto a los años anteriores, porque, debido al aumento en las desapariciones a manos de los Mortífagos, el Ministerio de Magia había permitido el regreso mediante Red Flu a Hogwarts, por lo que, en tan solo minutos y luego de despedirse de su hermano mayor, Xavier Black había aparecido en el despacho de Snape, sacudiendo su ropa para quitar los rastros de suciedad.

—Señor Black—Murmuró Snape, mirándole con una expresión blanca—. ¿Pasó unas agradables vacaciones?

—Podrían haber sido peor, Profesor Snape—Respondió el chico, dejando ver una sonrisa cargada de ironía—. Iré a mi habitación, con permiso.

Sus pasos fueron apresurados cuando salió del despacho de Snape, porque lo único que podía pensar en ese momento era ver a Draco, porque se había percatado, durante los últimos días, que Sirius se había encargado de vigilarlo durante día y noche, por lo que no había encontrado una forma para escaparse por unos minutos a ver a su primo, y sabía que el comportamiento de su hermano se debía a alguna cosa dicha por Potter.

Al llegar a la sala común de Slytherin, encontró que las únicas personas sentadas frente a la chimenea eran Lea y Theodore, porque Blaise junto a Pansy se levantaron instantáneamente la verle entrar.

—Draco no ha querido hablar con nadie desde que ha salido la noticia en El Profeta—Habló Pansy, deteniéndose frente al chico—, y eso fue hace días.

—Tampoco he tenido tiempo para ir con él—Murmuró Xavier—, alguien abrió la boca y me vigilaron como niño pequeño.

—Suponemos que eres el único que le puede hacer hablar—Añadió Blaise—, lleva encerrado en su habitación desde que llegó.

El chico Black asintió con su cabeza, subiendo las escaleras que daban al ala de las habitaciones de hombres en la sala común, caminando hasta el fondo del pasillo hasta detenerse fuera de la puerta que marcaba "Draco Malfoy, 6to Año" en una placa dorada. Apuntó con su varita al picaporte, y con un hechizo no-verbal, terminó abriéndose paso.

La habitación estaba hecha un desastre, con cosas tiradas por cada extremo del dormitorio, y con un Draco escondido bajo una manta en la cama.

—Levántate, no tenemos tiempo para quejarnos de nuestras desastrosas vidas, Draco—Xavier se detuvo junto a la cama, destapando al chico—. No puedo suponer qué se siente estar en tu situación, pero sé que no podrás obtener ni hacer nada para solucionarlo si te quedas aquí.

Draco le miró con los ojos enrojecidos, delatando que había estado llorando hace bastante tiempo. Su cabello rubio se veía algo opaco, y estaba claramente desordenado, al igual que su ropa pobremente acomodada.

—¿Acaso tú no tienes miedo de lo que pueda pasar, Xavier?

La pregunta de Draco le tomó desprevenida, porque había pensado que todo esto era únicamente porque su padre no estaba, pero era algo más profundo. Draco había tocado fondo como las múltiples veces que él lo había hecho, deseando cerrar sus ojos y despertar siendo otra persona, o, simplemente, desaparecer de ahí, porque no sabía cómo enfrentar sus problemas, ni menos como resolverlos.

Un suspiro se escapó de su boca, algo tembloroso, y se sentó a un costado del rubio, pasando sus manos por su cabello, sintiéndose extrañamente ahogado por un segundo.

—Claro que tengo miedo, Draco—Respondió finalmente, mirándole—. Pero no puedo dejar que el resto se de cuenta que soy débil como cualquier otro ser humano, pero no significa que no pueda derrumbarme en cualquier momento.

No supo qué más podría decirle al chico, así que se limitó a abrazarle, y haciéndole saber que no estaba solo en todo eso.

UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerWhere stories live. Discover now