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Claramente, su vida parecía ir demasiado bien para ser verdad, porque, nada más a terminar la primera salida a Hogsmeade, y su primera cita-no-cita con Hermione Granger, su racha de buena suerte parecía haber acabado cuando la noticia de que Sirius Black había intentado infiltrarse a la sala común de Gryffindor se expandió por todo el castillo.

Esa noche, durmieron en incómodos sacos de dormir en el gran comedor, en donde no pudo cerrar sus ojos durante todo ese tiempo, y aquello fue evidente cuando las bolsas bajo sus ojos aparecieron al otro día.

Había sido casi una tortura tener que aclararle a la profesora McGonagall y al profesor Snape que no había tenido, ni nunca tendría, contacto alguno con su prófugo hermano mayor, recalcando mil y una vez que ese hombre nunca pertenecería a la familia Black, en donde sólo había un integrante: Él mismo. También, recalcó que, en caso de tener algún contacto con Sirius Black, no dudaría en poner al corriente a los profesores para que tomaran las medidas correspondientes. 

Había sido drástico su cambio de humor ante los recientes hechos, teniendo que soportar migrañas ante la presión social, pero agradecía que sus amigos se mantuvieran junto a él, y había agradecido que Hermione se tomara el tiempo de escuchar su verdadera historia, en donde él no tenía relación alguna con aquel asesino, ni nunca la tendría, o eso esperaba él.

Afortunadamente, el pánico ante el ataque de Sirius Black se apaciguó un poco cuando comenzó la temporada de Quidditch en noviembre, en donde, en el partido inicial de Gryffindor versus Hufflepuff, el cual se suponía que sería Gryffindor versus Slytherin, Harry Potter se había encargado de dar el espectáculo del año al caer de su escoba desde varios metros al ser atacado por dementores y en medio de un temporal nunca antes visto.

El resto de los días, hasta diciembre, pasaron con completa tranquilidad y sin ninguna novedad, y la última salida a Hogsmeade antes de las vacaciones por Navidad y Año Nuevo había llegado con un clima nevado y frío. 

Xavier se había envuelto en un grueso abrigo negro y la bufanda color verde esmeralda característica de su casa luego de haber ordenado su baúl para el día de mañana, ya que regresariá, encontrándose a sus amigos a la salida del castillo en dirección al pueblo mágico. 

—Siento que podría hacerme en los pantalones del frío—Exclamó Ben, mientras escondía sus manos en los bolsillos del abrigo que traía puesto—. Vamos a las Tres Escobas, necesito una cerveza de mantequilla para entrar en calor. 

—Tendrás que esperar, necesito hacer algunas compras navideñas—Habló Cho, quien no lloriqueaba por el frío a diferencia de Ben—. Necesito ir a La Casa de las Plumas y a Zonko. ¡Oh! También hay que ir a Honeydukes. 

Tal como hablaron en el trayecto, la primera parada que habían hecho en Hogsmeade fue ir a Honeydukes, en donde Xavier compró varios dulces para complementar los regalos que tenía preparados para sus dos amigos , para Draco y Hermione; además de comprar más para pequeños regalos que le haría a sus compañeros de casa con los que más interactuaba. 

La segunda parada fue Zonko, en donde no compró nada del lugar, porque Xavier detestaba todo lo relacionado con las bromas desde que, en primer año, los gemelos Weasley de Gryffindor le habían hecho una, dejándolo encerrado en un baño por casi toda una noche,  pero vio como Ben y Cho se llenaban los bolsillos con algunas bombas fétidas, plumas de caramelo y tenedores muerde-lengua. 

Su paso por la Casa de las Plumas no fue muy duradero, en donde Cho compró algunos pergaminos y tinta, acción que Xavier imitó para poder escribir breves cartas en sus regalos. 

Finalmente, llegaron a Las Tres Escobas, en donde Xavier pudo liberarse de su abrigo y bufanda ante el calor que emanaba el lugar, creando una atmósfera acogedora para cualquier persona que entrara. 

—Oye, Xavier—Habló Ben—. Mira quién está por allá viéndote. 

Siguió la dirección que apuntaba su amigo con su cabeza, percatándose de la presencia de Hermione en el lugar, acompañada de Ron. Creyó haber visto a una tercera persona, pero parecía haber sido un engaño de su vista al ver que solo eran ellos dos. 

—Podría hacer algo para ahuyentar a Weasley y puedan tener una romántica cita—Siguió Cho, con una burlona sonrisa.

—Los odio—Exclamó Xavier—, iré por las bebidas. 

El chico Black se acercó a la barra donde se encontraba la madame Rosmerta, pidiendo tres cervezas de mantequilla. Se sintió observado de un momento a otro, notando que, a un costado de la barra, se encontraba la profesora McGonagall junto al profesor Flitwick, además de Cornelius Fudge, el ministro de Magia, y por último, Hagrid; quienes miraron con demasiada atención sus movimientos. 

Le agradeció a la mujer dueña del lugar, alejándose al mismo tiempo en que oía, casi sin disimulo, como mencionaban a Sirius Black, provocándole un suspiro al llegar a la mesa que ocupaba con sus amigos, afortunadamente, lejos de aquel grupo de adultos.  

—¿Por qué tienes cara de estreñido, Eridanus?—Cuestionó Ben, al verle regresar. 

—No tengo cara de estreñido—Murmuró el chico, dejándose caer en la silla antes de comenzar a beber de su vaso de cerveza casi como si no hubiera un mañana—. ¿Ves la mesa junto a la barra, en donde está la profesora McGonagall junto a Flitwick, Hagrid y el ministro de Magia? están hablando de Sirius. Supongo que esa es la razón de mi "cara de estreñido". 

Ambos Ravenclaws hicieron una mueca al oír las palabras de su amigo, bebiendo de sus cervezas en silencio. 

UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang