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Xavier estuvo un tiempo más con Hermione cuando llegaron a la tienda de los Weasleys en el campamento, hasta que supo que debía volver a donde se encontraban los Malfoy. 

Y mientras caminaba de vuelta, no dejó de pensar en aquellos breves momentos en los que estuvo con la familia Weasley. No podía evitar recordar las palabras de su prima Narcissa, en donde recalcaba que "No debía juntarse con traidores a la sangre", además de tener que "Enaltecer el apellido Black y reivindicarlo". Y quizás, ahora comenzaba a darse cuenta que solo tenía ideas equivocadas metidas en su cabeza. 

Y necesitaba cambiar eso, porque no era lo que él pensaba, ni creía correcto. Ahora era su momento de escribir su propia historia. 

Y si debía reivindicar el apellido Black, lo haría a su manera. 

[...]

Xavier caminó detrás de Lucius y Narcissa, junto a Draco, en donde estarían sus asientos para presenciar la final del Mundial de Quidditch: Irlanda versus Bulgaria. 

Subieron por largas escaleras con un tapiz púrpura, hasta que llegaron a una de las tribunas más altas del estadio, en donde las butacas se diferenciaban del resto al poseer tapiz rojo y decoraciones en color dorado, y que ya estaba la mitad ocupada por algunos magos importantes, como Cornelius Fudge, el Ministro Inglés de Magia, junto a otros dos magos, quien, según Lucius, se trataba de Barty Crouch, director del Departamento de Seguridad Mágica, y otro de nombre impronunciable por su dificultad, pero que era el Ministro Búlgaro de Magia. 

Aunque a Xavier le impresionó más ver que todos los Weasleys, en compañía de Harry y Hermione, se encontraban también en aquella tribuna, ocupando casi la mitad de las sillas dispuestas en el lugar. 

—¡Ah, Fudge! —Fue lo primero que dijo Lucius Malfoy al ver al ministro—. ¿Cómo estás? Me parece que no conoces en persona a mi esposa, Narcissa, ni a nuestro hijo, Draco. También está Xavier, primo de Narcissa. 

—¡Oh, los Malfoy!—Saludó Fudge, sonriendo y saludando con un apretón de manos a todos los integrantes de esa familia, incluyendo a Xavier—. Les presento al Ministro Búlgaro de Magia, también, por aquí está Arthur Weasley y su familia. 

—Por Dios, Arthur —dijo con suavidad Lucius, casi como una burla, sin ser escuchado por el ministro—, ¿Qué has tenido que vender para comprar entradas en la tribuna principal? Me imagino que ni siquiera has quedado con tu casa...

—Lucius acaba de aportar una generosa contribución para el Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas, Arthur—Habló Fudge, con una alegre sonrisa—. Ha venido aquí como invitado mío junto a su familia. ¡Oh, también los Rosier! Madame Rosier también ha contribuido a San Mungo, está aquí con su nieta, Lea.

Xavier se fijó en la familia mencionada, notando que, en un extremo de la tribuna, se encontraba una anciana refinada, junto a una chica, aproximadamente de su edad, que nunca había visto en su vida.

—Madame Rosier acaba de regresar de Francia—Continuó Fudge—, ya debe haber empezado hace un tiempo a trabajar en el ministerio. ¿Te haz topado con ella, Lucius?

—Claro, Cornelius—Asintió Lucius—, ya he conocido a Madame Rosier en el Ministerio.

La charla entre Lucius y el ministro siguió, mientras que Narcissa, Draco y Xavier tomaron asiento en los últimos lugares disponibles en aquella tribuna, en donde él chico Black terminó junto a la chica Rosier, mirando a su novia desde su posición.

—Oye—Xavier dirigió la mirada a la chica a su lado con cierta confusión, mientras que esta sonreía—. ¿Vas a Hogwarts? Mi abuela me acaba de transferir allí desde Beouxbatons, y no me haría mal conocer a alguien de allí.

—Oh, sí. Xavier está en su quinto año en Hogwarts, en la casa Slytherin—Narcissa respondió por él con cierta emoción, y el mencionado no pudo evitar mirar con molestia a su prima, porque no tenía cinco años para que respondieran por él—. Estará encantado de que sean amigos.

—Claro, podemos ser amigos si eso quieres—Añadió Xavier, con cordialidad, dejando que aquella conversación muriera allí. 

El partido de Quidditch inició unos minutos después luego de la presentación de las mascotas de cada equipo, en donde, las de Bulgaria, no habían sido nada más ni nada menos que Veelas, mujeres con una belleza inimaginable que obviamente no eran humanas. A Xavier le afectó un poco la presencia de Veelas, pero no tanto como a Harry Potter, a quien vio, luego de salir de su ensoñación, al borde de saltar de la tribuna, mientras que el gorro de Ron Weasley, que anteriormente tenía tréboles, ahora estaban totalmente destrozados. 

La emoción volvió a sentirse cuando fue turno de las mascotas de Irlanda, siendo duendes en trajes verdes lanzando monedas de oro por todos los rincones del estadio. Xavier se sintió emocionado como si fuera un niño pequeño, y hasta él recogió las monedas que habían caído sobre la alfombra de la tribuna, aunque cuando sintió una mirada sobre él, dejó aquella actitud infantil, aunque terminó riendo al percatarse de que era Hermione quien le miraba. 

Utilizó sus omniculares para mirar el partido desde su posición, celebrando cada punto que anotaba Irlanda al ser el equipo que apoyaba, porque los cazadores eran extremadamente buenos, y tampoco negaba que sus modelos a seguir eran Troy y Moran de aquel equipo. 

Y fue inevitable para el chico Black pegar un salto de su asiento para celebrar cuando Irlanda ganó aquel partido, y por lo tanto, convirtiéndose en los ganadores del mundial.

UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerWhere stories live. Discover now