PINK BOY - (SUNJAY) (ADAPTACIÓN)

59

Realmente Ailee no sabía cómo había organizado una boda con agotadores turnos de noche y reemplazos en el hospital, quizás por la misma razón había tardado más de dos meses en planificar cada detalle sin importar que fuese una boda íntima y sencilla una vieja finca retirada de la ciudad, en medio de la naturaleza a la llegada de la primavera. El Señor Park había ayudado con la elección de las flores y la comida mientras que Jongseong se ofreció para repartir las invitaciones en su bicicleta.

Sunoo lo había acompañado así que mientras se detenía frente a las casas guiándose por las direcciones anotadas en una hoja de papel Sunoo se bajaba de un saltito de la rejilla y corría por el jardín para entregarlas.

Y el gran día no tardó en llegar, Jongseong comenzó a ayudar con la distribución de los arreglos florales y luego recibió a los invitados mientras Ailee y su padre se preparaban en sus respectivas habitaciones.

—Bienvenidos —Se dirigió a una pareja de ancianos que acababa de llegar.

La mujer mayor se acomodó los anteojos mirándolo de pies a cabeza —Tú debes ser
Seongie.

—Jongseong —Corrigió el adolescente con educación, las cálidas y arrugadas manos de la anciana apretaron suavemente sus mejillas tomándolo por sorpresa, se encorvó hacia ella y rogó internamente que lo soltara.

—Ailee nos ha hablado mucho de ti —Agregó la mujer —Eres todo un encanto, Seongie.

—Jongseong —Repitió en aquella vergonzosa situación mientras los invitados continuaban llegando y sus mejillas se ruborizaron al ver a Sunoo.

Después de recibir halagos por parte de los padres de Ailee, Jongseong metió las manos en los bolsillos de su pantalón y se acercó al hermoso chico de corbatín y suspensores que esperaba por él, soltó un largo suspiro sin mirarlo a los ojos.

—Te ves precioso —Comentó Jongseong mirándolo de reojo.

—Gracias —Sunoo apretó los labios conteniendo una sonrisa dejando ver sus hoyuelos.

—Me duelen las mejillas —Confesó y Sunoo soltó una risita haciéndolo sonreír con timidez. El pelirosa levantó sus talones y acariciando sus mejillas dejó un suave beso en sus labios.

—¿Ahora duelen? —Preguntó con voz dulce cuando Jongseong se encorvó hacia él.

—No tanto —Respondió recibiendo otro beso.

—¿Y ahora? —Con sus dedos pulgares acarició las mejillas del mayor y no resistió la tentación de volver a besarlo.

—Creo que no —Antes de que Sunoo se alejara Jongseong rozó juguetonamente su nariz con la del menor robándole un beso.

—¿Necesitas ayuda con la organización de los invitados o con la comida? —Preguntó Sunoo tomando y balanceando sus manos junto a las de Jongseong.

—Ailee pidió que sus padres no estuviesen solos durante la ceremonia.

—Entonces los acompañaré —No faltaba mucho para que comenzara por lo que entró a la finca alejándose del mayor llamando su atención al caminar hacia atrás —Seongie, eres todo un encanto —Imitó a la anciana y Jongseong rodó los ojos.

Después de que todos los invitados llegasen Jongseong abrió la puerta donde estaba su padre y lo vio vistiendo un traje formal hecho a medida con lindas flores en el bolsillo de su chaqueta mirando una fotografía que sostenía en sus manos.

—¿Estás planeando escapar? —Preguntó divertido —Porque no lo permitiré.

—No —Respondió el hombre mayor con una ligera sonrisa —No planeaba escapar.

Al acercarse la sonrisa de Jongseong se desvaneció al ver una fotografía de su mamá, su padre la mirada con amor y nostalgia, como si de alguna forma estuviese diciéndole que nunca la iba a olvidar.

—Papá —Habló Jongseong y el Señor Park levantó la cabeza —Ya es hora.

La música inició y los invitados se levantaron cuando Ailee apareció al final de los arcos de flores, las comisuras de sus labios temblaron al elevarse y con nerviosismo apretó el ramo de rosas al ver al Señor Park esperando por ella. Lentamente caminó hacia él y el hombre extendió su brazo para tomar su mano, la cual pronto llevó una hermosa argolla en su dedo anular.

Durante el baile Jongseong le pidió a su padre el permiso para bailar con Ailee y supo que ella no se lo esperaba al ver su expresión de sorpresa, Sunoo le había dicho que sería un detalle que agradecería un día tan especial y no estaba equivocado.

—Gracias por traerme —Dijo el pelirosa deteniéndose frente a la puerta de su casa.

—Ha sido una noche larga —No podía soltar la mano de su novio por más que se lo repitiese —Descansa.

Sunoo asintió y colocando las manos en los hombros de Jongseong le dio un beso, tomaron distancia y se miraron a los ojos.

—¿Uno más? —Preguntó en voz baja y Sunoo sonrió a la vez que se acercaba a sus labios, se aferró a su camisa y sus piernas temblaron como la primera vez al profundizar el beso —Descansa —Susurró Jongseong dando tres besos cortos.

—No olvides nuestra cita del sábado —Sunoo humedeció sus labios sintiendo un cosquilleo en ellos y Jongseong se alejó de él caminando por el césped.

Lanzó un último beso por el aire y su corazón se derritió de amor cuando Jongseong le guiñó un ojo con una de esas sonrisas coquetas que tanto le encantaban.