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Aquella fría mañana Sunoo no dudó en salir de casa despeinado, con su ropa de dormir y correr por el césped del jardín hacia los brazos de sus abuelitos.

—Mi adorable Sunnie —La abuela Kim apretó suavemente las mejillas de su nieto haciéndolo sonreír mientras los ayudaban a bajar las maletas del vehículo, solo se quedarían el fin de semana pero Sunoo estaba encantado con la visita y lo había demostrado en un cálido abrazo —¿Has crecido? —Preguntó caminando a casa junto al menor, quien llevaba una de las viejas maletas.

—¡Abuelita! —Se quejó Sunoo haciéndola reír.

—Si ha crecido, lo veo más alto —Comentó el abuelo Kim.

—¡Abuelito!

Durante la mañana estuvieron instalando a los ancianos en el cuarto para las visitas, era cómodo y Sunoo insistía en que se quedaran más tiempo pero aunque los abuelos amaban pasar tiempo en familia ellos tenían su vida en otro lugar y amaban esa independencia que aún poseían. Probablemente extrañarían a Sunoo tanto como el pequeño lo haría pero volverían a la ciudad para su graduación.

En la tarde decidieron hornear galletas, Sunoo se colocó un lindo delantal color amarillo con flores blancas en los bordes y comenzar a ayudar a sus abuelos con los ingredientes mientras escuchaba con atención su historia de amor porque no importaba cuántas veces lo hiciera su corazón seguía derritiéndose ante cada palabra.

—¿Entonces te escapaste de casa con mi abuelito? —Preguntó Sunoo emocionado, con los codos apoyados en la isla de la cocina y con la cabeza sobre sus manos.

—Sí, pero tú no lo hagas —Advirtió la anciana y Sunoo negó efusivamente con la cabeza —Solo fue un momento, estaba regando la flores y él se asomó por los rosales de mi madre, sabía que no podía salir de casa, debía hacer las labores pero hace dos semanas no lo veía así que me arriesgué y salí, nos escondimos detrás de unos árboles y estuvimos hablando, tocando nuestras manos, cuando escuché la voz de mi madre llamándome lo besé y me fui corriendo.

La anciana terminó de amasar y sonrió al mirar a Sunoo.

—Había sido mi primer beso —Continuó hablando —Desde entonces mi corazón se sigue acelerando como aquel día.

—El mío también —El abuelito Kim dejó un beso en la mejilla de su esposa.

Al escuchar tres suaves golpes en la puerta principal Sunoo corrió a abrir encontrándose con Jongseong.

—¿He venido en un mal momento?

—Estamos horneando galletas —Contestó el pelirosa.

—Sí —Jongseong sonrió enternecido y con cuidado limpió la harina en la mejilla de Sunoo para luego deslizar el dedo por la punta de su nariz —Me he dado cuenta.

La anciana colocó la primera bandeja con galletas en el horno y al darse la media vuelta vio a un desconocido chico vestido de negro detrás de su nieto.

—Buenas tardes —Saludó Jongseong.

—Hola Jongseongie—La señora Kim le regaló una cálida sonrisa desde el otro lado de la isla, comiendo algunos trozos de frutas.

—Así que este lindo jovencito es Jongseong —Una temblorosa voz femenina lo hizo mirar a la anciana que se estaba limpiando las manos.

—Ella es mi abuelita —Habló Sunoo.

—Es un gusto conocerlos —El pelinegro estiró su brazo ofreciendo su mano saludando a la pareja de ancianos.

—¿Quieres ayudarnos? —Preguntó la mujer mayor.

—No soy muy bueno en la cocina.

—No te preocupes —Habló el abuelo —Sunnie tampoco lo es.

Después de que Jongseong se colocara un delantal la abuela Kim les enseñó a hacer la masa para las galletas, ellos las harían y decorarían pero apenas la mujer se descuidó su travieso nieto tomó un poco de crema y se inclinó hacia adelante ensuciando la mejilla de Jongseong haciéndolo reír.

Las galletas tenían diferentes formas pero las favoritas de Sunoo eran las de ositos y corazones, por otro lado Jongseong optó por utilizar el molde redondo, su decoración era simple, utilizó los distintos colores en las mangas pasteleras y algunas chispas de chocolate.

De pronto una galleta con forma de corazón, decorada con crema blanca y dos iniciales color rosa, fue empujada tímidamente por la madera hacia Sunoo, levantó la cabeza y Jongseong desvió la mirada dejando las galletas terminadas en la bandeja mientras los adultos a su alrededor conversaban animadamente.

El pequeño tomó la galleta y se bajó del taburete de un saltito, rodeó la isla de la cocina y le dio un mordisco para luego darle el otro trozo a Jongseong.

—Está deliciosa —Dijo Sunoo tomando otra galleta, inconscientemente Jongseong rodeó la cintura del pequeño con un brazo y limpió su mejilla cuando éste nuevamente le dio de comer. Al terminar Sunoo levantó la cabeza dejando un corto beso en la barbilla del más alto y recibió un beso en su frente llamando la atención de su abuela.

La madre del pequeño miró a la anciana y asintió con la cabeza haciéndole saber que eran novios, sin embargo, la mujer mayor ya lo había notado porque bastaron unos pocos minutos para saber por qué Sunoo se había enamorado de Jongseong, los ojos no mentían y en los de Jongseong se podía reflejar la ternura que abundaba en su corazón.

Si colocaba un poco de atención, Sunoo lo miraba de la misma forma, con la misma ternura y amor que Jongseong lo hacía.

PINK BOY - (SUNJAY) (ADAPTACIÓN)Where stories live. Discover now