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Caminaban por las solitarias calles bajo la luz de la luna pasada las once de la noche en dirección a casa de Sunoo, para los adolescentes se había vuelto un trabajo realmente difícil no mirarse de reojo y sonreírse sin motivo alguno cada vez que estaban juntos y ese momento no fue la excepción, Sunoo sosteniendo un oso panda entre sus brazos y Jongseong con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

—Y te pondré quesito en el suelo para que vuelvas a ella —Dijo de pronto Jongseong esbozando una sonrisa.

—No me lo recuerdes —Sunoo rodó los ojos —Ese SeYong es un bobo.

—Fue un gran insulto —Elogió mirando al pequeño a su lado.

—¿Me vi como un chico malo?

—¿Quieres ser un chico malo?

—¿Si digo que no tendré que alejarme de ti? —Preguntó con inocencia y Jongseong negó con la cabeza sin detenerse a pensar en lo que aquello significaba —Me gusta el color rosa.

—Espera, ¿Acaso estás rechazando al color negro?

—No es un color que volvería a usar —Se encogió de hombros.

—Porque seguramente terminarías enamorado de él —Molestó Jongseong alzando una ceja.

—No —Frunció el ceño.

—Y te asusta —Agregó divertido al ver como el menor se estaba enojando.

—No, no me asusta.

—Estás asustado.

—Te voy a golpear —Dijo Sunoo y Jongseong separó los labios para hablar pero antes de que lo hiciera el pelirosa dio un saltito para cubrir su boca con una mano —No digas nada al respecto —Le advirtió antes de quitar su mano —Te detesto.

—Pero te he conseguido el osito.

—¿Lo dices porque quieres otro beso de agradecimiento?

—N-No —Desvió la mirada hacia adelante y tensó la mandíbula —Claro que no.

—Bien, porque yo tampoco quiero.

—No te he dado ningún beso —Aclaró el mayor.

—Tampoco lo querría.

—Ni yo dártelo.

—¿No? —Preguntó Sunoo mirándolo de reojo, Jongseong negó con la cabeza pero sus largas pestañas lo delataron, una linda y cosquillosa sensación agitó su corazón de alegría al saber que no era la verdad.

Después de diez minutos llegaron a casa de Sunoo, entraron discutiendo sobre quién estaba esperando por un beso en la mejilla y no se dieron cuenta que las luces estaban encendidas pero no solo eso, los padres del menor estaban allí.

—Hola Sunnie —Una voz ronca los asustó, el mencionado se dio la media vuelta luego de haber estado tirando del cuello de la chaqueta de Jongseong hacia él y el pelinegro se quitó rápidamente las orejas de Mickey Mouse.

—Hola papá —Sunoo les sonrió con nerviosismo y la señora Kim miró al desconocido chico de negro que estaba junto a su hijo —Ellos son mis padres —Los presentó —Papás, él es Jongseong, mi... —Miró al mayor quedándose en silencio —Es mi compañero de instituto.

—Un gusto conocerlos, señores Kim —Con torpeza Jongseong dio un paso hacia adelante y estrechó su mano con la de los adultos.

—Igualmente —Dijo el señor Kim, un hombre de estatura promedio, robusto y un poco serio, al menos lo fue con Jongseong, todo lo contrario a su esposa, quien le sonrió desde que había cruzado la puerta.

—Tengo que irme, solo quería asegurarme que llegaras bien —Susurró Jongseong bajando la cabeza hacia Sunoo —Que tengan una linda noche.

—Muchas gracias por acompañarlo hasta aquí —Habló el señor Kim.

—No es nada —Elevó las comisuras de sus labios en una tímida sonrisa —Permiso.

—Es lindo —Comentó la señora Kim luego de que la puerta principal fuese cerrada.

—¿Sí? No lo he notado —Dijo Sunoo desinteresado —Estoy cansado, iré a dormir.

—Descansa, cariño.

Al entrar a su habitación Sunoo cerró la puerta y se sentó en el borde de la cama.

—Te descubrí —Le habló al oso panda sentándolo frente a él —Quieres besar mi mejilla aunque lo niegues, mentiroso —Lo acusó con el ceño fruncido.

Tomó el oso levantándolo a su altura, con los brazos extendidos y de pronto lo acercó bruscamente hacia él dejando un beso en su boca.

—¿Qué estoy haciendo? —Sorprendido por lo que acababa de hacer lanzó el osito lejos y se levantó de la cama revolviéndose el cabello, se sentó en la silla del escritorio y tomó las fotografías de la feria dejándolas sobre la blanca madera —No eres... —Sus ojos se posaron en Jongseong quedándose en silencio —Lindo.

No sabía lo que estaba sintiendo.

Tenía miedo.

Abrió un cajón y sacó un adhesivo en forma de corazón para pegar la tira de dos fotografías en el tablero que tenía encima del escritorio, se quitó los tenis y se dejó caer sobre la cama, ocultando su rostro entre las almohadas.

PINK BOY - (SUNJAY) (ADAPTACIÓN)Where stories live. Discover now