69. Lo Saben

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☆|☆

Voy con nerviosismo hacia su habitación, tocó exactamente tres veces antes de que abra y me haga pasar. El olor a cigarrillo y perfume varonil inunda mis fosas nasales como también contamina el oxígeno entre esas 4 paredes.
No entiendo su comportamiento, no entiendo porque estás así pero lo que sé es qué es por mi culpa y el dichoso accidente de hace días.

5 días en los que ese pensamiento y recuerdo me ha atormentado hasta en sueños. Recuerdo el bosque, cómo iba desorientada y el escalofrío al leer el mensaje en el árbol. Mi cabeza deja borroso el momento exacto y ya pasó a Draco quemándolo todo, y diciendo que ese era nuestro secreto.
Otro más para mí colección.

No he tenido el valor para hablarlo con Mattheo, no pienso hacerlo. Ni con él ni con nadie. Como Tom una vez me dijo:
“Lo que no se dice y no se cuenta no ha pasado”.

—¿Amor vas a hablar? O pretendes quedarte ahí de pié el resto del día —pregunta recogiendo levemente su habitación

—Y-yo... Solo quiero decirte que mañana tenemos una cita con un doctor a las 17:30, no me faltes Mattheo


Era la primera vez que iría a un control sobre el embarazo. Miento si digo que no estoy asustada, que no estoy nerviosa... Solo quiero que esto pase rápido y todo sea un mal recuerdo. Y por eso con más razón no quiero ir sola, siento que me desmayaría de la ansiedad.

—Si, como sea. Estaré en la sala común a las 16:00

Si desinterés me hace fruncir el ceño, no me fío de él, no sería la primera vez que me falla ni que me deja plantada. No sería nada nuevo.

·♪☆|☆♪·

Después de estar la mayor parte de la mañana pensando, absorta en mis pensamientos decido que tengo que ir a casa.
A esa madriguera que oficialmente es mi casa pero que nunca la he sentido como tal, donde no me he sentido cómoda como debería en un hogar ni conforme con la compañía.
A ese infierno donde la que se hace llamar mi familia vive. Porque aunque intente olvidarlo el simple hecho de que ellos no sepan de mi embarazo ni de mi actual situación me atormenta. Mattheo no aparece por ningún lado, llevo media hora en su puerta y no me abre nadie, a parte de que nos e escucha ni un suspiro dentro.


—Mattheo no está, pelirroja

La voz ronca y fría de Tom a mis espaldas me hace girarme hacia él. Con un traje negro y sus manos metidas en ambos bolsillos. Está realmente lindo...

—Tu también estás linda, pero no creo que quieras hacer esperar más a esos demonios —su comentario me deja un poco desconcertada hasta que recuerdo la legeremancia

—¿Te tengo que repetir por vez número mil que no entres en mi cabeza, Tom? —añado con molestia y él solo rueda los ojos

—¿Vienes o no? Si quieres esperar a mí hermano vas mal

Dudo un momento pero al ver como extendía si mano hacia mi la duda se disipó. La agarré con fuerza y al instante que tiro de mi pegando nuestros cuerpos todo empezó a darme vueltas.
Al abrir los ojos estaba en el prado que rodeaba la madriguera, cuando logro asimilar lo cerca que estoy de Tom me ruborizo y me separo. Comenzando a caminar hacia la edificación.

MI PERDICIÓN || MATTHEO RIDDLE Where stories live. Discover now