Alexandra Weasley, la primera hija mujer de los Weasley empieza su aventura en Hogwarts sorprendiendo a toda su familia. Siempre pensó que el amor era una perdida de tiempo hasta que en quinto año algo la hizo cambiar de opinión... La llegada de una...
Al día siguiente me levanté tarde, así que no llegué a la primera clase. Había dormido fatal por estar dándole vueltas a las cosas en mi cabeza. Baje con la corbata sin hacer bien, no me dio tiempo a maquillarme y el uniforme estaba algo mal puesto. Me di cuenta que me puse la falda que me quedaba un poco más pequeña pero me dio igual porque no llegaba.
Llegué a la siguiente clase, Transformaciones, y me senté en el sitio libre junto a Tom.
-¿Qué te ha pasado?- me miró arqueando una ceja, y yo solo recosté la cabeza entre mis brazos sobre la mesa.
-Tuve mala noche...- dije con cansancio y él dio un suspiro de desaprobación.
-Supongo que el rumor tiene algo que ver- dijo y lo miré con el ceño fruncido.
-No te metas en mi mente, invades mi privacidad- dije con molestia y él rodó los ojos.
-Si no lo hago no me lo dirías- dijo y yo volví a agachar mi cabeza sobre la mesa.
-Es que no entiendo porque dicen que estoy con ese chico- dije y el dio una palmadita en mi espalda.
-Esto es Hogwarts, difundir rumores es la pasión de todos- dijo y asentí dándole la razón.
Entró la profesora y nos callamos, concentrándonos en lo que ponía en el pizarrón y lo que explicaba tomando los apuntes. Al terminar salimos hacia el gran comedor pero yo no tenía hambre y estaba impresentable como para que todos me miraran, así que fui hasta la sala común.
Me senté en el sillón frente a él acogedor fuego de la chimenea y el cansancio se apoderó de mi cuerpo, quedándome dormida en el sillón de la sala común.
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Unas manos me movieron y abrí los ojos lentamente encontrándome con Draco.
-No me voy a molestar en preguntarte porqué estás tan cansada, solo que a la próxima llegues a tu habitación en vez de dormir aquí- dijo y se fue.
Me di cuenta de que una manta verde esmeralda tapaba por completo mi cuerpo y la reconocí como la manta de Tom. La sala común estaba vacía algo que era bastante raro, dirigí mi mirada al reloj que había en la pared y marcaba las 20:30 pm, así que todos estarían cenando, no tenia hambre pero fui solo por no escuchar la charla que Enzo me daría por no comer durante todo el día.
Antes de bajar me arreglé un poco el cabello, el uniforme y me puse un poco de maquillaje porque mis ojeras se estaban dando a notar.
-¡La bella durmiente!- exclamó Theo levantando los brazos cuando llegué a la mesa de Slytherin.
-Buenas...- dije a modo de saludo y me senté junto a Mattheo y Tom, justo en medio de ambos.
-¿No piensas que es un poco tarde para aparecer?- preguntó en un susurro Mattheo mirándome de reojo, al parecer con algo de molestia.
-Perdon por querer comer algo- dije sarcásticamente dedicándole una mala mirada y el rodó los ojos y se levantó de la mesa sin terminar de comer.
Salió por la puerta y todos se quedaron confusos, no le dieron más importancia y siguieron cenando con tranquilidad. Comí solo algo de fruta así que terminé pronto y me levanté, saliendo del gran comedor.
