Alexandra Weasley, la primera hija mujer de los Weasley empieza su aventura en Hogwarts sorprendiendo a toda su familia. Siempre pensó que el amor era una perdida de tiempo hasta que en quinto año algo la hizo cambiar de opinión... La llegada de una...
Llevaba una semana evitando a mí hermana, cuando veía que se quería acercar me iba o hablaba con alguien.
Estaba en el pasillo, buscaba entre las páginas de un libro algo cuando ví a Ginny frente a mí.
Mierda.
-Llevas una semana evitandome- dijo indignada y yo me crucé de brazos mirándola con fastidio.
-No tengo tiempo Ginny- dije en un intento de que se fuera pero no lo hizo.
-¿No tienes tiempo para tu hermana?- dijo con un aire triste.
-No tengo tiempo para gente hipócrita- corregí y ella me miró con confusión.
-Yo no soy hipocrita- dijo y yo reí sin gracia -¿De qué te ríes Alexa? Te hablo enserio- dijo cruzándose de brazos.
-¿Vas ha ir a contarle a Molly como te he llamado hipócrita?- pregunté con rencor y ella frunció el ceño.
De repente pareció entenderlo y la culpa apareció en su rostro -Alexa, lo siento, enserio yo no...- comenzó a decir pero la interrumpí.
-No me valen tus excusas Ginny, eras la persona en la que más confiaba, eras el centro de mi mundo, lo he dado todo por tí...- dije con un nudo en la garganta y ella comenzó a llorar.
-Yo te quiero... Alexa yo te quiero...- sollozó e intento abrazarme pero me aparté -lo siento...- murmuró mientras su llanto incrementaba.
-No me sirve tu lo siento, olvídate de mí Ginny, déjame en paz y dile a tu madre de mi parte "que le den"- dije con molestia y pasé por su lado chocando su hombro con el mío.
Fui hacia el baño de chicas y me apoye en el lavabo llorando. Esto era lo que me quedaba, llorar y sufrir en silencio mientras me hago la dura frente a los demás.
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Leia un libro en la biblioteca, Dean apareció en mi campo de visión y una pequeña sonrisa se formó en mis labios.
-Hola linda- dijo cuando llegó a mí lado y me dio un beso en los labios.
-Hola...- dije sonrojada, el sonrió de forma burlona y puso una mano en cada uno de mis muslos.
-Deja de estudiar y hazme un poco de caso- giro mi silla quedando ahora justo frente a mí y abrió mis piernas colocandose en medio con su silla, haciendo que mis piernas quedarán cada una a un lado de su cadera.
-¿Qué haces?- dije riendo levemente y el solo se acercó dejando un humedo beso en mis labios.
Le seguí el beso el cual fue subiendo de intensidad, mis manos se posicionaron en su cuello y las suyas en mis cintura, acariando esa zona. Estábamos en el final de la biblioteca a si que nadie nos veía, el metió su mano bajo mi camisa del uniforme y acarició mi abdomen, subiendo hacia mis pechos. Bajo los besos hacia mi cuello y yo suspiré al sentir el contacto de sus labios con mi piel.
Con una de sus manos apretó uno de mis pechos por encima del sujetador, jadeé ante este contacto y el me agarró de la cadera para posicionarme sobre su regazo. Me volvió a besar sacando sus manos de mi camisa llevándolas hacia mi trasero, apretandolo levemente, mi calor corporal aumentaba y mi exitacion también, por un momento estaba consiguiendo olvidar de todo.
De un momento a otro la frase de Ron vino a mi mente y corte el beso, sin abrir los ojos y sin separar nuestras frentes puse mis manos en su pecho recuperando mi respiración la cual estaba agitada. Cuando abrí los ojos y vi su cara de confusión me levanté de su regazo y coloque rápidamente mi uniforme bien, agarre mis cosas y salí corriendo de ahí.
¿Que estaba haciendo?
Iba en mis pensamientos cuando choqué con una chica haciendomr caer al suelo.
-Lo siento, venía distraída- dije repidamente levantandome del suelo y ayudándola a levantarse.
-No te preocupes yo también iba distraída- dijo con una sonrisa la cual devolví. -Oh, que distraída, soy Ariadne Vervaine- dijo extendiendome la mano.
-Alexandra pero me puedes decir Alexa- dije estrechando su mano con una sonrisa, ya se me había hecho costumbre presentarme solo con mi nombre, sin mi apellido, porque yo no me sentía parte de la familia Weasley.
-Te veo luego Alexa, tengo que ir a buscar a la profesora Mcgonnagal- dijo rápidamente y se fue corriendo.
Rei y seguí con mi camino, no tenía nada que hacer así que fui a la sala común y me encontré a Daphne.
-Ey- dije en forma de saludo y ella me mandó un beso sin mirarme. -¿Qué haces?- dije frunciendo mi ceño mientras veía como leía atentamente un pergamino.
-Ha llegado esto a la habitación pero no tengo ni idea de quién es- dijo y yo le arrebaté el pergamino de la mano.
-¿A la nuestra?- pregunté comenzando a leerlo y ella asintió.
"Querida, me gustaría que acompañaras a mi hijo al venir a casa el próximo fin de semana, tenemos una reunión y tu eres una más de nuestra familia. Espero verte aquí, te mandaré dinero por si te quieres comprar algún vestido o zapato. Sabes que te adoro...
N.M.B"
Sonreí y deje la carta sobre la mesa.
-¿A que es extraño? ¿N.M.B?- dijo Daphne volviéndo a tomar la carta.
-Es para mí Daph- dije y ella me miró asombrada.
-¿De quién es?- pregunto curiosa sentándose a mi lado en el sillón pues antes estaba sentada en el suelo.
-De la madre de Draco- dije con simpleza y ella pareció entenderlo.
-Te quieren mucho... Los Malfoy hacen muchas cenas de ese tipo y solo van personas muy importantes, si te han dicho que vayas es que te ven como alguien importante.- dijo y no pude evitar agrandar mi sonrisa.
Para mí los Malfoy se habían convertido en lo más parecido que tengo a una familia, son ellos los que me mandan regalos de navidad no mis padre o mis hermanos, son ellos los que me hacen una fiesta de cumpleaños y me dan regalos por ese día, no mis padres. Incluso tienen fotos mías y de Draco por la casa, mientras que en mi casa se han encargado de quitar todas las que antes había.
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-"Los Malfoy fueron mi respaldo. Ahí entendí que la familia no siempre lleva tu sangre, a veces tu familia son las personas que han estado ahí para ti en todo momento..."-
