68. Lealtad

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Me despierto entre en ruido de Daphne y Pansy discutiendo. Me siento en la cama y ambas salen del baño hechas una furia.

—¡¿Por qué tocas mis cosas?! ¡Tienes las tuyas niña! —Pansy grita mientras la rubia coloca sus manos sobre su sien haciendo círculos

—¡Callate de una vez exagerada, haces que me duela la cabeza! —se queja esta vez Daphne sentándose sobre su cama

—Callaos las dos, no tengo ganas de escucharos desde temprano y os aseguro que Lexi está a punto de mataros

Astoria entra en la discusión para crear paz, pero su comentario hace que su hermana y su amiga se giren en mi dirección con sorpresa. Tengo cara de pocos amigos y no tardo en levantarme y salir de allí sin decir una palabra.
Me cuesta la vida dormir, es un sábado a las 9 de la mañana y lo último que quiero es que me despierten.

Al llegar a la sala común me encuentro un desastre provocado por la fiesta de la noche anterior, a la que fui pero acabé como una abuela en mi habitación temprano, me dolía mucho el abdomen y la cabeza.
Me siento en el sillón, aún en una camisa ancha que nunca le devolví a Mattheo y que utilizo de pijama. Escucho pasos bajar las escaleras y solo por como son se que Mattheo se acerca hacia donde estoy.

—¿Tú madrugando? —pregunta con gracia sentándose a mí lado

—No, mejor dicho Daphne y Pansy despertándome

Suelta una risita al notar mi malhumor y coloca una de sus manos en mi abdomen. Me tenso al instante pero no soy capaz de quitarle la mano, Mattheo ha estado muy serio con el tema embarazo. Según él lo quiere tener sin importarle nada ni nadie. Mi abdomen ya estaba mucho mas inchado, se nota más y el uniforme ya se abulta cuando me lo pongo.
Pero todavía pasa algo desapercibido que es de un embarazo y no de haber engordado.

—Hola bebé... Buenos días...

Acerca su rostro a mí abdomen levantando la camisa, haciéndome sentir su aliento en mi piel. Su voz no es como la que yo conozco, es suave y de cierta forma tierna. Acaricia mi abdomen tumbado bocabajo en el sillón, besando mi barriga de vez en cuando.

—Hablale —me pide sonriendo pero yo me niego de inmediato —oh, venga... Se tiene que acostumbrar a tu voz, pelirroja

Suelto un largo suspiro y aún con sus manos en mi abdomen decido hablar.

—Hola...

Aún con esa simple palabra noto como por primera vez se mueve. Mattheo se incorpora emocionado y yo solo miro mi abdomen en shock. Se ve como piel es empujada y como mueve lo que sea que está moviendo de un lado a otro. De repente me siento... No sé explicarlo, quiero llorar, quiero reír, quiero huir. Es una sensación tan extraña pero tan... especial, algo en mi corazón ha hecho click, no se bien que pero el latido acelerado de mi corazón tiene que significar algo.

—¿Lo has visto? —me pregunta con ilusión Matt y yo solo soy capaz de asentir aun algo disociada de la escena

Deja besos en mi abdomen, lo acaricia y le susurra cosas que no logro escuchar.

—Si... Es mamá, amor. Es tu mamá

Su frase es el límite, me levanto dejándolo confundido y lo miro con algo de molestia. Le dije que no lo quería tener, ¿A qué está jugando? ¿Me quiere volver loca?
Subo las escaleras dejándolo ahí y entro de nuevo a mí habitación. Ya todas se están preparando y todo parece estar más en paz.

MI PERDICIÓN || MATTHEO RIDDLE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora