49. La nueva mansión

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Mis ojos se abrieron lentamente dejándome ver una habitación decorada con colores oscuros, estaba perfectamente ordenada y limpia y tenía todo tipo de detalles como el escritorio lleno de cosas para escribir organizadas y lindas plantas por todos lados.

Al recordar lo sucedido miré a mí alrededor esperando estar en la mansión Malfoy pero no me sonaba a mí habitación ni a ninguna habitación de allí.

Me levanté de la cama y aún seguía con el vestido. Al ponerme frente al espejo vi mi maquillaje corrido y mi pelo despeinado.
Me metí en una puerta que supuse era el baño y me di una ducha.
Al salir vi como la cama estaba hecha y un vestido negro reposaba en los pies. Lo cual hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

Me acerqué y miré la prenda.
Sin otra opción me lo puse y me hice un semirecogido en el pelo, dejandolo suelto. Abrí la puerta con algo de miedo y salí a un largo pasillo. Todo era oscuro y me daba muy mala vibra, me acerqué a unas escaleras y las bajé con cuidado.
Iba descalza pero eso poco me importaba en ese momento, al llegar a abajo no había nadie, absolutamente nadie.

Todo estaba oscuro y decorado con negro y gris. Caminé recto hasta llegar a lo que parecía la sala de estar, en ese momento una mano se posó en mi cintura y un grito salió de mi boca del susto.

—Hey, vas a romper los cristales chica

Miré ojiplatica al castaño frente a mí, su sonrisa ladina, sin camisa y con unos pantalones cortos. Su pelo desordenado y un cigarro que pasaba de su mano a su boca y viceversa.

—No me jodas Riddle —coloqué mis manos en mi pecho y él soltó una risa amarga —¿Donde mierda estoy? Quiero ir a mi casa

—Estas en mi casa, y lo segundo no va a ser posible muñeca, tu familia va ha estar en peligro todo el rato y no puedo jugarme la vida todos los días por ti pelirroja —su voz era sería aunque tenía un toque burlón y pícaro

Rodé los ojos y pasé por su lado golpeando su hombro.
Lo que me faltaba, que mi exnovio me secuestrara en la casa de Voldemort.
¿Estás de coña?

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Los días pasaban y yo ni siquiera sabía cuánto había pasado. Mattheo me daba de comer y me llenó un armario entero de ropa cara. Tom apareció luego de unos días y se molestó con Mattheo por llevarme allí, pero se acabó acostumbrando a esto y, para mí sorpresa, no pasa apenas tiempo en esta deprimente casa.

—Deberias salir de esta habitación o acabarás deprimiendote comadreja —Mattheo interrumpió mis pensamientos entrando en la habitación, recostándose en la pared con los brazos cruzados

—Me tienes secuestrada, ¿Qué quieres que haga? ¿Qué baile mientras voy a mi comodidad por tu maldita casa? —mi voz era molesta mientras le reclamaba y el rodó los ojos

—No te tengo secuestrada dramática

—Me estás reteniendo en contra de mi voluntad, y por si no lo sabes, ¡Eso se llama secuestro!

Me miró mal y cerró de un portazo saliendo de la habitación. Quise seguirle y discutir porque admito que me aburro muchísimo, y aunque es molesto Mattheo me entretiene un poco, sobretodo cuando discutimos.

Narra Mattheo

Salí de su habitación dando un portazo y comencé a caminar hacia mi habitación.
Es una malagradecida, encima de que me jugué la vida por ella me habla mal. Vale, puede que la tenga “secuestrada” pero es la única opción, van a ir a por su familia y a por Potter, y con ellos no va estar segura.
A parte de que no pude llevarla a otro lugar en ese momento, era traerla aquí o dejarla a su suerte.

FLASBACK

Mientras lanzaba hechizos vi a una chica de espaldas que reconocí al instante.

Cuando vi que estaba entre bastante hechizos y que estaba apunto de darle un  hechizo corrí hacia ella y escuché a un chico gritarle que cuidado.

Pero antes de que se girará tire de su brazo y le lancé un desmaius. Cayó en mis brazos y la cargué como princesa para aparecerme en la mansión Riddle.

Cuando llegue subí a un cuarto de invitados que estaba al lado del mío y la dejé sobre la cama, mirándola prácticamente inconsciente.

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Me metí en mi cuarto y me tumbé en mi cama con aburrimiento, sin saber que hacer.
Cómo un día cualquiera aquí.

Mi pelirroja llevaba aquí casi dos semanas, supongo que su familia la estará buscando, o al menos ese chico que le intento avisar.
Por cierto ahora que lo pienso, ¿Quién mierda era ese imbécil?

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MI PERDICIÓN || MATTHEO RIDDLE Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz