Capítulo 45

557K 37.2K 47.4K
                                    



Harry se aparta con brusquedad, pero no se retira por completo. Su frente y la mía se unen y su respiración cálida se mezcla con la mía.

—Esto no cambia nada —susurra, con la voz enronquecida—. Aún voy a irme.

Escucharlo pronunciar esas palabras hace que algo dentro de mi pecho se estruje y se apriete. Las lágrimas que lucho por mantener a raya amenazan con vencerme de nuevo y me quedo quieta unos instantes, intentando saborear el significado de su beso.

—Lo sé —me las arreglo para decir, en un susurro entrecortado. Y entonces, lo beso una vez más.

Mis labios buscan los suyos con tanta urgencia, que sus dientes raspan en mi piel sensibilizada. El gruñido que retumba en su pecho, reverbera en mi cuerpo y soy capaz de sentir la vibración provocada por el sonido que ha emitido. Un escalofrío me recorre el cuerpo solo porque no tenía idea de cuánta falta me hacía su contacto y me aferro a él con más fuerza que antes.

Harry ahueca una de sus grandes manos en la parte posterior de mi cabeza e inclina la suya para profundizar aún más nuestro contacto. Mis dedos se deslizan hacia sus mejillas y lo sostengo ahí para mí. La sensación de poder que me da ser la dueña de la situación, es maravillosa.

Nos apartamos de nuevo. La respiración de Harry es dificultosa y la mía no se queda atrás. Todo mi cuerpo se siente tembloroso e inestable, pero no me importa demasiado. Nada es demasiado importante cuando me sostiene como lo hace.

De pronto, cientos de emociones surcan su rostro. Mi vista cae a sus labios enrojecidos, y la necesidad de volver a besarlo amenaza con consumirme.

Una punzada de dolor se apodera de mi pecho solo porque sé que esto no debería ocurrir de este modo y, entonces, la sensación de pérdida regresa a mí.

Va a marcharse. Va a irse lejos de mí y no voy a verlo nunca más.

Harry es el hombre que me hubiese encantado conservar para toda la vida. El chico noble y desinteresado que me ayudó cuando nadie más lo hizo. El que cuidó de mí cuando más rota me encontraba. El que me hizo sentir bien en mi propia piel y nunca me ha juzgado, a pesar de que siempre he sido un manojo de miedos e inseguridades.

Se encargó de traer de vuelta mis ganas de vivir y de salir adelante. Se encargó de devolverme la esperanza y la confianza en las personas. Harry es el único hombre del que me he enamorado de verdad. El único al que quiero entregarme por completo...

—Hazme el amor, Harry —pido, en un susurro quedo, tímido e inseguro.

El pánico en su expresión hace que mi corazón se hunda un poco más. Le temo tanto a su rechazo, que ni siquiera me atrevo a sostener su mirada durante mucho tiempo, así que la desvío.

Un dedo calloso se posa debajo de mi barbilla y me hace alzar la cara para encontrar sus ojos con los míos.

—No voy a quedarme, Maya —su voz tiembla ligeramente, con una emoción que no soy capaz de descifrar.

—Solo quiero estar contigo —susurro, con un hilo de voz—. Nunca he estado con alguien con quien realmente deseé estar. Quiero estar contigo. Quiero que seas mi primero por elección. Quiero que seas tú y solo tú...

Mi voz suena más insegura que nunca.

—Por favor... —soy patética—. No estoy pidiéndote que te quedes. Solo quiero... —me quedo callada. La vergüenza se apodera de mí, y vuelvo a bajar la vista al suelo.

Guardo silencio unos segundos y, luego, doy un paso para poner distancia entre nosotros. Me digo a mí misma que no puedo humillarme de esta manera y doy otro.

BESTIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora