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𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑢𝑎𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑦 cuatro

𝐸𝑙 𝑚𝑖𝑛𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜 𝑒𝑛 𝑚𝑎𝑟𝑐ℎ𝑎.

—Vamos Fang—dijo Harry mientras el perro se levantaba del pasto y se disponía a caminar, Ron siguió al de lentes a regañadientes.

Las arañas se dirigían al bosque prohibido, Ron no dejaba de pisar con asco el suelo, pisando y matando una que otra araña escuchando el crujido, por su mente pasaba que en cuanto volvieran al castillo limpiaría sus zapatos con ácido de babosa. Mientras más caminaban más se refundian en el bosque y este se volvía más tenbroso, Harry iba al frente y Ron casi montandose en Fang para no ver a las arañas ni caminar con ellas.

Harry paró de caminar.

Ilumino con su varita un hueco debajo de una arbol donde las arañas se estaban escondiendo. Volteó a ver a Ron y este negó con la cabeza.

—No, Harry, vámonos.

—No seas cobarde.

Harry fue el primero en agacharse y pasar sobre este hueco, llenándose la ropa de telarañas y sacudiendose en el proceso, Ron no dejó de soltar chillidos en cuanto se agacho y sintió telarañas en su cara, estaba asqueado, asustado y nervioso.

Lo que vieron frente a ellos no les cabía en la cabeza, mucho menos a Ron quien en cualquier momento podría orinarse del miedo, Harry dio un paso al frente para llamar la atención de la criatura. Una enorme araña negra.

—¿Quien es? ¿Harry potter, eres tú?—dijo la criatura sorprendiendo a los menores.

—Sí, somos amigos de Hagrid.
¿Y tu eres Aragog, verdad?—dijo Harry y Ron volteó a verlo sin entender cómo sabía tanto.

—Hagrid nunca envió hombres a mi guarida. ¿Por qué estan aquí?

—Ha habido muchos problemas, han atacado a muchos en la escuela, creen que fue Hagrid, quien abrió la cámara de los secretos, incluso yo lo creí, pero ahora no lo sé...

—¡Es mentira, Hagrid nunca abrió la cámara de los secretos!

—¿Entonces no eres tu lo que salió de la cámara de los secretoss?

—No, el monstruo se crió en el castillo, yo llegué con Hagrid de una tierra lejana en el bolsillo de un viajero.

—Pero si tu no eres el monstruo, ¿Entonces hace cincuenta años quién mató a la niña?

—No hablemos de eso, es una antigua criatura a quien tememos las arañas.

—¿Pero la has visto?—preguntó Harry y Ron le jaló la camisa, las arañas se estaban inquietando.

—En ninguna parte del castillo, a esa niña la encontraron en el baño y cuando me culparon, Hagrid me trajo aqui.

—Harry...—le susurró Ron quien miraba hacía arriba.

—¿Qué?—preguntó molesto hasta que miro tambien hacia arriba, arañas de todos los tamaños están bajando.

—Bueno, gracias. Ya nos vamos—dijo Harry rápidamente estando totalmente nervioso.

—¿Irse? Mis hijos y hijas no dañan a Hagrid porque se los ordenó, pero no les puedo negar el banquete que llega solo, adiós... amigos de Hagrid.

Los niños se pusieron de espaldas, mirando a todas las arañas apresarlos y arrinconarlos, escucharon la risa de esa araña gigante, lo que hizo que sus huesos se congelaran.

—¿Tienes algun hechizo?—le preguntó Ron con la voz temblorosa y el otro asintió.

—Uno, pero no acabará con todas...

Serpiente de antaño.Where stories live. Discover now