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-𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑛𝑐𝑒.

𝐷𝑖𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒

—Lo que sea, si no los quieres simplemente tiralos o regalalos.

—Es un postre tan corriente.

—Entonces vete a freír espárragos, no valió ni mi tiempo... damelos, le gustaran mucho a Neville.—quiso tomar la caja pero Draco la aparto.

—¿Tu los hiciste?

—¿Has visto a los elfos hacerlos?
—No...

—Piensa un poco, Malfoy.—Draco lo miro con irritación, la voz de Ron era burlesca.

—Cuida tus palabras, Weasley. No te atrevas a meterte con un Malfoy ni con un Black.—amenazó.

—¿Qué podrías hacer tú ahora siendo un manco?-se burló mirando al brazo de Draco.

—Lo mismo que tú, muerto de hambre.

—Tal vez soy un muerto de hambre, pero no soy un Malfoy. Que terrible.

—Eres una de las familias mas asquerosas y bajas de los sangre pura—miró con rabia al pelirrojo

—¿Muy orgulloso de tu sangre y apellido? Ya veremos en un futuro, cuando más de tu familia termine en Askaban.—volvió a burlarse.

—¡Vuelve a decir algo sobre mi familia y te mato, Weasley! ¡Tu seras quien se pudrirá en Askaban, de ello se encargará el ministerio!

—Y cuando el Ministerio me lleve ¿No quieres que salude de tu parte a tu tía?—no pudo contener el soltar una carcajada. Draco ardido en furia con su única mano sana lo atrajo hacía el y lo tiro a la camilla entre sus piernas para acomodarse y subirse encima de él dandole un puñetazo en la mejilla, pero Ron tomo su brazo con firmeza dejando sin chance al rubio, este aún furioso y desesperado mordió con fuerza cerca del cuello y nuca del pelirrojo.

—¡Ah! ¿¡Qué rayos haces!? ¡Loco!-se quejó.

-¡Te lo dije, Weasley!-gritó colerico y a Ron eso le divirtio, empujo a Malfoy con fuerza y se levantó de la camilla.

—Todo un primate.

—¡Largate de aquí!

—Entonces, de nada, Malfoy.—dijo para después acomodarse la túnica y tocarse el cuello e irse del lugar.

Al salir del lugar por los pasillos lo miraban con curiosidad, algunos por lo que había pasado con aquél hechizo imperdonable, otros cuantos sabían que Ron era un niño tranquilo, que no encontraban la explicación para que un niño como el supiera de un hechizo así, cuando en primer año el junto Harry y Hermione habían tenido un mal encuentro con el troll de las mazmorras y el que no debe ser nombrado. Haciendo a la casa Gryffindor campeón de casas y el ganando una partida de ajedrez mágico. Querian creer en la inocencia del niño, pero los rumores no los dejaban.

Y es que ahora viendo al menor, con la ropa desordenada, el cabello revuelto, agitado, una mejilla roja y la marca de un enorme mordisco queriendo sangrae en su cuello les hacia creer que el niño andaba en malos pasos y se estaba volviendo todo un rebelde. En vez de preocuparse por él.

Ron paso la mano sobre su cara, harto, cansado, muy cansado. Siguió caminando hasta llegar al gran comedor, donde estaba Harry y Neville, quienes al verlo, casi corrieron hasta el por verlo en ese estado, los ojos casi cerrados, el ceño fruncido, más pálido que de costumbre, bolsas debajo de sus ojos, la túnica hecha un lío al igual que su cabello, y lo más inquietante, una gran mordida en su pálido y liso cuello. Cuando llegó al banquillo se sento a un lado de Neville, quien inmediatamente se puso a disposición del pelirrojo, tomando su mejilla con delicadeza y viendo sin disimulo el cuello de Ron.

—¿Qué te paso?...—le dijo Neville y Harry escuchaba atento esperando respuesta.

—Me mordió una serpiente.—dijo con un leve tono de broma. Pero eso ninguno de los dos otros niños lo entendieron.

-¿¡Una serpiente!?—gritaron horrorizados.

—Es una broma... Me mordio una bestia.

—¡Eso es peor!—le dijo Neville.

—No... Ya, solo... Miren, no fue nada, solo comamos en paz.

Ron se puso en marcha sirviendo en su plato bastantes salchichas y comenzando a meterlas a su boca, mirando un punto fijo, no sabía lo que pensaba, pero algo hacia, Neville y Harry no despegaban los ojos del pelirrojo, Neville era quien no dejaba de mirar su cuello, era lo que más le preocupaba, era rojiza y bien marcada, sin duda había sido un animal muy salvaje. Neville quiso tomar la mano del pelirrojo y entrelazarla con la de el pero Harry habló.

—Mira, Ron, ahí viene tu lechuza.

El pelirrojo volteó interesado hacia arriba, su tonta lechuza familiar, volaba como siempre, como si le acabaran de enseñar a volar, su aterrizaje, fue estrellarse contra la puerta del gran comedor no sin antes tirarle el correo a Ron en su plato. Era un vociferador.

Ron sintió nuevamente el miedo, aquel envio era por parte de su madre, pero, seguro era solo para hablar de Ginny...

Lo abrió sin pensar más y los gritos se dejaron escuchar por todo el gran comedor.

¡Ronald Billius Weasley! ¡Por todo el mundo mágico y Merlin! ¡¿Qué es lo que has hecho?! ¡Estoy tan decepcionada de ti, al igual que tu padre y tus hermanos mayores! ¡Esto es completamente una deshonra para el apellido Weasley! ¡¿Cómo se te ha ocurrido hacer algo así?! ¡Nosotros nunca te hemos educado para ser un maldito seguidor de los magos tenebrosos! ¡Tendras que refelxionar sobre lo que has hecho! ¡Estas castigado! Y para que reflexiones mucho más lo que has hecho y el error que has cometido ¡No solo no podras regresar a casa estas vacaciones, tampoco seras recibido en las de tu tercer año! ¡Tus hermanos estan informados de esto! ¡Nos vemos en tu cuarto año, Ronald!

El vociferador termino y comenzo a romperse en mil pedazos para quemarse el mismo, el comedor había quedado en silencio, nadie decía una sola palabra, ni una sola mueca, ni un solo parpadeó, habían escuchado atentamente los gritos de la mujer quién era la madre de Ron, los ojos de Harry y Neville estaban abiertos de par en par bastante consternados, sin poder superar lo que habian escuchado, Ron tenía la cara completamente roja, y no por que quisiera llorar, esta vez era de enojo, estaba demasiado molesto con su madre ¡Lo había humillado frente a todos! ¡Solo para eso había mandado un estúpido vociferador!. Se levanto de la mesa de jalón y la golpeó con demasiada fuerza como para tener a penas doce años, el plato donde comía se habia roto, sus nudillos se pusieron rojos y poco a poco comenzaron a sangrar, dejando salir apenas diminutas gotas de sangre, el comedor seguía en silencio, Ron ya harto de todo se fue del lugar sin decir alguna palabra o si quiera mirar a Harry o a Neville. ¡Estaba más que humillado! ¿Por qué todos lo miraban como si fuera diferente?
Caminando se dio cuenta de los profesores, alguién como McGonagall lo miraba con lastima ¿Pero Snape? Pocas veces había visto sonreir a ese grasiento y esa ocasión era una de ellas ¿Dumbledore? Lo miraba como si quisiera tragarse su mente ¿Cuántos más castigos le podrían dar? Eso le estaba hartando de sobre manera.

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Nos vemos en cuarto año!

Serpiente de antaño.Where stories live. Discover now