𝔻𝕀𝕃𝔽 𝕀𝕀 {Pedro Pascal One Shots}

bumble {Marcus Pike}

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Marcus, 34.
Agent.
Stanford.

About me.
I'm single, that's all.
Art is everything.

Basic.
6.0 ft. Aries. Workaholic.
Drink wine. Bass, vocals.

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Mis dedos bailan a los costados de la pantalla de mi teléfono incapaz de decidirse hacia que lado deslizar la fotografía de aquel hombre tan singular. Es tremendamente guapo, pero hay cierta aura en él que me hace dudar un poco. ¿Lo he visto en algún sitio?.

Su rostro es armónico y sus ojos transmiten algo de inseguridad disfrazada de una tierna mirada brillante, parece un sujeto sumamente cuidadoso en cuanto a su aspecto personal y lo mas importante... parece tener un buen empleo y la suficiente madurez como para no mandarme a terapia si esto sale terriblemente mal.

Bueno... No tengo nada que perder.

Derecha.

¡It's a Match!

—¿Qué estás haciendo?.—Mi roommate ha estado mirando la pantalla de mi teléfono junto a mí de una forma tan discreta que no me he dado cuenta de aquel detalle, ¿Qué diablos hace?

—Vas a matarme de un infarto si sigues apareciendo así.

—Sería una lástima, si eso pasa no podrías aceptarle una cita al sujeto con el que has hecho match.—Se burla abiertamente de mi situación.—Deberías enviarle un texto, se ve que es un buen sujeto... mínimo tendrás una cena gratuita. ¿Qué te parece?

—La ultima vez que salí con un chico de esta app...

—Si tan mal te han tratado no seguirías invirtiendo tu tiempo ahí. Anda, no seas una gallina y envíale un texto al amante del arte. ¿Qué es lo peor que puede pasar?. Si las cosas van bien puedo desaparecerme un par de días del departamento.

Un par de copas de vino blanco, tres horas de una playlist lo suficiente melosa como para hacerme creer momentáneamente en el amor y mucho valor decido enviar aquel mensaje que solo puede tener dos futuros... salir muy bien o terminar terriblemente mal.

§

Marcus.

¡Hola! ¿Cuál es tu pintura favorita?

Gustav Klimt tiene una manera de transmitir la dualidad entre el pensamiento masculino y el femenino de una manera sutil. Podría decir que El Beso me transmite muchas emociones.

¿Te gusta el arte?

Soy poco conocedora, si soy sincera.

¿Puedo invitarte a una galería este fin de semana? Llevaré una identificación de ser necesario jeje.

Claro, ¿Porque no?

§

El nerviosismo comienza a hacerse presente en mi cuerpo con cada segundo que pasa en el reloj. La galería de arte se encuentra vacía a pesar de ser una hora perfecta para salir de paseo, las esculturas parecen ser más altas de lo que sus leyendas describen haciéndolas ver más intimidantes de lo que realmente parecen ser pero aún así transmiten una paz infinita al igual que una profunda admiración.

—¿Es hermoso, cierto?.—Salto sorprendida al escuchar una voz profunda detrás de mí.—Lamento asustarte, soy    Marcus.

Es un hombre apuesto, su fotografía en aquella aplicación no le hace ningún tipo de justicia a la verdadera cara que se encuentra frente a mí. Es tal alto como el mismísimo cielo y tiene una sonrisa divina... oh dios, por favor que no sea un completo imbécil.

Marcus se convierte en mi guía durante toda nuestra visita en la galería, tomándose su tiempo para describir su perspectiva acerca de aquellas obras maestras y mirándome con atención e interés haciéndome sentir importante después de mucho tiempo sin sentirme de esa manera.

—¿Puedo invitarte a cenar?.—Pregunta con educación sin dejar que su bonita sonrisa desaparezca.

—Sí.—Vuelvo a repetírmelo, no tengo nada que perder.

Abre la puerta de su auto por mí, conduce con cuidado manteniendo los altoparlantes lo suficientemente bajos como para ser únicamente un ambientador entre nosotros. Comienzo a conocer un poco más acerca de su vida, acerca de sus gustos y solo datos muy específicos de su trabajo. ¿Este hombre tendrá algún defecto?

—¿Y que buscar realmente? No quiero asustarte ni sonar muy... desesperado.—Ríe con cierta pena.—Solo tengo interés en saber un poco más sobre ti.

—Aún no estoy segura de que es lo que busco, ¿Sabes? Ha pasado un tiempo desde la última vez que he estado involucrada con alguien y solo quiero llevarlo a mi ritmo.—Asiente pensativo haciendo que por un par de segundo dude sobre mi pésima elección de palabras... solo para ofrecerme una gran sonrisa y alzar su copa en un brindis.

—Salud por los corazones rotos.

Su platica pronto toma otro rumbo, riendo conmigo al escuchar mis anécdotas y pronto tomamos la decisión de dirigirnos a un bar de perfil bajo dispuestos a seguir con nuestra pequeña fiesta de dos. El tequila en mi cuerpo, su voz en mi oído y su aliento tan cerca de mi cuerpo solo me hace pensar una cosa por las próximas horas. Quiero ser suya... sin importarme que sea solo por una noche o toda una vida.

—Marcus.—La suavidad con la que su nombre se desliza en mis labios es impresionante y extrañamente encantadora. Quiero decir su nombre por siempre.—¿Te gustaría ir a otro sitio?

—¿Estás segura?.—Asiento sin saber en que estoy metiéndome pero el miedo no es algo que se encuentre en mi vocabulario en este momento. Tomo valor y acaricio sus mejillas lo suficientemente lento como para hacerle suspirar y hacer que dos segundos sus carnosos labios rosados besen los míos por primera vez esta noche.—¿Tu departamento o el mío?

—No me importa.

—¿Y después que pasará con nosotros?.

—Podemos descubrirlo mañana, ¿No lo crees?.—Sí, terminé siendo su esposa.

Bendita sean las Dating Apps.