strawberries {Pedro Pascal}

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Los días de San Valentín siempre han lucido de la misma fría manera por años. Mi cabeza no deja de comprar la idea de que dicho día solo estaba hecho para personas ilusas que solo son presas de ingeniosas estrategias de marketing incitan a gastar la mitad de sus ingresos mensuales... y sigo pensando lo mismo en la actualidad cuando me encuentro a punto de llegar a mis treinta años de edad.

Mis días de San Valentín son días dedicados solo para mi soledad usando a mi favor el hecho que todo el mundo llena los restaurantes caros y los centros comerciales buscando aprobación por parte de sus medias naranjas. En esta ocasión, mi roommate estará fuera toda la noche... Eso mejora mi plan.

Tengo un par de botellas de vino enfriandose en el frigobar, dos barras de chocolate derritiendose esperando por bañar las fresas perfectamente lavadas y mi bañera se encuentra preparada con velas aromaticas, una deliciosa loción a vainilla disuelta en el agua de la bañera y mi juguete favorito a prueba de agua listo para la acción.

Ya me voy, no regresaré hasta mañana.

Cuando la puerta principal es cerrada, salgo de mi habitación con una gran sonrisa sin molestarme en quitarme la cómoda y corta pijama de satin que he elegido como outfit. Me llevo conmigo una de mis copas preferidas, la fria botella de vino rosado y mis apetitosas fresas preparadas a mi santuario improvisado.

La playlist reproducida en mi reproductor es lo suficiente tranquila como para hacerme perder en mis propios pensamientos por un par de minutos, el suave alcohol del vino se encuentra haciendo de las suyas en mi sistema y mis mejillas se han calentado un poco al sentir el jugo de las fresas deslizarse desde las comisura de mis labios hacia mi cuello.

Llego el momento de la acción. El inofensivo juguete de silicona parece volverse más atractivo con cada minuto que pasa, asi que le tomo y observo con determinación cada detalle de aquel falso falo.

Los indecentes pensamientos acerca del hombre de mis sueños parecen llegar por si solos cuando la firme punta del juguete toca con delicadeza mi humeda entrada necesitada y deseosa por atención. Un grito ahogado sale de mis labios a medida que aquel juguete brinda sus servicios de una manera satisfactoria con un suave vaiven dirigido solo por mi.

¿Cómo sería sentir sus labios en mi cuerpo mientras me folla con dureza?, ¿Cómo se sentirán nuestros cuerpos en sincronía?. ¿Cómo se escuchará mi nombre entre sus labios jadeantes por más?

Oh Pedro, ¿Porque tienes que ser prohibido?

—¿Lo disfrutas, muñeca?

—¡Oh por Dios!.—Mi creciente climax desaparece en el mismo instante en el que la figura de Pedro se encuentra de pie frente a la puerta del baño.—¡¿Que demonios haces aqui?!

—Aquí vivo, ¿No lo recuerdas?.—Entra al sitio pretendiendo que no estoy desnuda con un maldito juguete entre mis piernas.

Su mirada se ha oscurecido lo suficiente como para demostrarme que se encuentra excitado... el bulto de sus pantalones también parece delatarlo.

—Sabes a lo que me refiero.—No puedo evitar sentirme avergonzada por mi evidente desnudez por debajo de las suaves burbujas que se disuelven en el agua pero lejos de alejarle, solo parece atraerle más.

—Te ves tan hermosa. ¿Quieres un poco de compañia, dulzura?.—Esto es un sueño, ¿Cierto?.

—¿No tenías una cita romántica?.

—Esto parece más romántico.

Mi fantasía se vuelve una realidad cuando puedo ser consciente de como comienza a despojarse poco a poco de su camisa perfectamente planchada y suelta su cinturón. Se arrodilla a mi lado y sustituye mis manos por debajo del agua encargandose por completo de mi placer.

—¿En quien pensabas mientras usabas esto, pequeña sucia? Espero que pienses en mí... Porque no he dejado de fantasear contigo desde que nos convertimos en compañeros.

Sintiendome en el cielo no me privo de hacerle saber lo bien que me hace sentir con cada embestida de aquel vibrante artefacto, sintiendo simultáneamente como traza un camino desastroso con el jugo de una de mis fresas.

—¿Puedo llevarte a mi habitación?.—Asiento completamente perdida en mi nube lavanda de placer. Levanto mi cuerpo de aquella bañera y salgo de ella sin molestarme en secar mi cuerpo haciendo que las manos de aquel hombre se paseen por mis curvas y finalmente sus labios choquen con ferocidad sobre los mios.

Mis piernas se enreda en sus cadera, gimiendo sin pena al sentir su generoso bulto amenazar mi piel resbaladiza mientras camina a tientas hasta su habitación. Puedo notar su desespero al mismo tiempo en el que caigo en su cama y se deshace de su ropa con hábil destreza igualando nuestras situaciones en un pestañear.

—¿Quieres que me detenga, preciosa?

Niego cegada de placer al sentir su generosa y suave punta rozar mis pliegues con descaro. Empuja suavemente y suspira gustoso ante el toque de nuestras pieles rozar sin ningún tipo de barrera de por medio.

Estoy en el puto cielo.

Sus movimientos son constantes, vigorosos y candentes. Gime mi nombre en suaves jadeos en mis oídos dandome la sinfonía de mi vida llevandome al espacio y trayendome de regreso siendo ambientado por el suave sonido de su cabecera chocar contra la pared.

Sus manos juegan con experiencia con mis pechos y sus labios buscan deseosos la piel de los mismos para saciarme en todos los sentidos. No puedo decir que es suficiente... Cuando se trata de él nunca tendré suficiente.

—No tienes idea de lo mucho aue quería joderte, dulzura. Vamos, correte conmigo

La habitación no tarda en inundarse de gritos ahogados y sonoros gemidos que nos pondrán en evidencia con nuestros vecinos. Mis piernas tiemblan y mi corazón lucha por recuperar su ritmo mientras la calida semilla de aquel hombre se derrama dentro de mí causando un desastre entre mis piernas y sus suaves sabanas blancas.

Esto fue mejor que mi más cachonda fantasía.

—¿Sigue sin gustarte el día de San Valentín?.—Canturrea burlon antes de dejar un suave beso en mi cabello y correr hacia la cocina por un poco de agua dispuesto a regresar por más.

Este hombre es insaciable.

Bendito seas, Dia de San Valentín.

𝔻𝕀𝕃𝔽 𝕀𝕀 {Pedro Pascal One Shots} Where stories live. Discover now