colors {Joel Miller}

670 32 0
                                    

"Tu eras rojo y te gustaba porque yo era azul, pero me tocaste y de repente de convertí en un cielo lila pero decidiste que el púrpura no era para ti."

Él es azul, es tristeza.

Él emana algo más que yo no puedo descifrar solo con mirarlo pero tampoco quiero acercarme demasiado y terminar arruinada... aunque eso sería jodidamente interesante.

.

2023.

Mamá siempre me dijo que me mantiviera lejos de él. Que su reputación estaba machada y él era un peligro para todo aquel que se encontrara a su alrededor. Es frecuente verlo en los oscuros callejones por las noches haciendo tractos delictivos con policías corruptos o acompañado de una rubia dispuestos a meterse en algún lío por cualquier ganancia. No puedo culparlo por tratar de sobrevivir a esta mierda. Nunca podría juzgarlo.

Ni siquiera tenía cabeza para hacerlo cuando me escabullía a su hogar por las noches buscando adrenalina y peligro entre sus malditos brazos.

No sé mucho sobre su historia. Se qu perdió seres queridos pero no es diferente a cientos de personas que actualmente habitamos este maldito mundo durante esta situación en particular. Sé que se ha convertido en contrabandista buscando una manera de sobrevivir y no le importa en lo más mínimo quien salga afectado con el montón de píldoras que reparte siempre y cuando sus bolsillos tengan tickets suficientes para vivir un día más aunque sospecho que no quiere hacerlo más.

Dentro de él habita una tristeza tan grande que solo me hace pensar en azul.

—¿A dónde vas? Ya es tarde.

—Iré por un par de libros al condominio de Lulú y pasaré la noche ahí. Necesito terminar un reporte para el trabajo.—Mamá me mira con sospecha y pone los ojos en blanco antes de hacerme una seña con sus manos invitando a retirarme. Podrían pasar miles de años pero siempre me seguirá tratando como la niña de ocho años que encontró llorando en medio de un caos apocalíptico hace más de veinte años.

No sé si el tiempo me ha vuelto más escurridiza y silenciosa o si simplemente el ambiente ya no es tan peligroso como hace años atrás, pero eso vuelve más fácil la tarea de adentrarme en el edificio de más muerte donde mi nueva obsesión pasa sus noches en vela escuchando una estación de radio en específico.

—¿Qué haces aquí?.—Sus labios se curvean ligeramente hacia arriba al verme pero no deja de fruncir su ceño con cierta amargura. Me adentra a su espacio sin pensarlo dos veces y da una rápida mirada al exterior rezando por no haber sido vistos por alguien.

—No preguntes.

Sus labios son cálidos a pesar de tener cierta coloración pálida en ellos por culpa del frío. Sus manos están algo frías y azuladas pero siguen siendo lo suficientemente hábiles como para sujetarme con fuerza y elevarme lo suficiente como para enredar mis piernas en sus estrechas caderas. La diferencia de edad es amplia pero no es un problema para mí... no creo en la moral ni la religión cuando estoy con él completamente perdida entre sus desgastadas sábanas. Cuando me hace suya, nuestras edades pasan a un segundo plano.

—Tu madre va a matarte si se entera que estás aquí.—Murmura entre húmedos besos tratando de mantener la postura que yo ya he perdido desde el primer minuto.—¿Qué demonios dirá cuando sepa que un hombre que te dobla la edad te folla por las noches?

—Tengo coartadas. Estaremos bien por esta noche.

Su ancha espalda alumbrada por los rayos del sol es lo primero que veo al despertar por la mañana. Por encima de su cabeza veo una densa capa de humo, dándome a entender que ha tomado uno de los cigarrillos que cargo conmigo día a día y suspira con cierta frustración antes de ponerse de pie y buscar un par de jeans. No tiene idea de lo caliente que luce.

—Joel, ¿Está todo bien?.—Ando a gatas sobre su cama y abrazo su cuerpo por detrás, beso el cabello grisáceo de su nuca y bajo hasta su cuello. Él suelta un pequeño suspiro gustoso y toma mis manos por un momento, deja un pequeño beso en estas antes de alejarse por completo de mí.

—Tienes que irte. Saldré de Boston en un par de horas.

—¿Cuando volveré a verte?, ¿En verdad tienes que hacerlo?

—¿Eso importa?.—Murmura.—Tengo cosas importantes que hacer,incluso más que tú.—Suelta con rudeza. Bien, eso me hirió.—Escucha, lo lamento no quería sonar grosero.

—¿Ah si?

—Solo... no puedo quedarme aquí. No hay nada que me detenga en este lugar tan gris. Quiero encontrar a mi hermano, es la única familia que me queda.

—¿Yo no soy tu familia, Joel? ¡Llevamos más de tres años viéndonos!

—No. No eres mi familia y nunca podrás serlo. ¿Nos has visto en un espejo? Lo lamento mucho, no quiero romperte el corazón.

—Muy tarde, idiota. Ya lo hiciste.—Y entonces levanto cada pedazo de mi deshecho corazón, mi triste alma vacía y mi mallugada dignidad.

Regreso a casa sola, sin entender nada de lo que ha pasado hace apenas un par de minutos. Con el alma oscura y completamente drenada de color. Yo sabía que esto pasaría pero aún así decidí quedarme y permitir que pintara mis cielos de un lila precioso solo para descubrir que sería demasiado para él.

Pensaré que es lo mejor.

Creeré que le irá mejor a donde sea que vaya... pero nunca me atreveré a pensar en él bajo otro tono que no sea el triste azul de su alma.

𝔻𝕀𝕃𝔽 𝕀𝕀 {Pedro Pascal One Shots} Where stories live. Discover now