Su mirada es de decepción, al igual lo que yo siento por dentro pero no me atrevo a aceptarlo.

– ¡Seguro que no paso esta clase! – Lily y yo nos sorprendemos al tener a Kayla frente a nosotros. Ella nos mira y luce confundida. – ¿Pasa algo?

Niego con la cabeza mientras que Lily, simplemente agacha su mirada disimuladamente. – ¿Les parece si vamos a cafetería? – Pregunto con esperanza de que este incomodo momento pase.

Lily se levanta del asiento y aunque Kayla se da cuenta que algo sucede, no dice nada y simplemente nos sigue.

{...}

Siento que mi cabeza en algún momento explotará. Estoy esperando que me manden un e-mail con la confirmación de unos traspasos que ocupamos realizar a Chicago y si no llegan en poco, probablemente haya problemas en la empresa.

Y por otro lado, tengo a Kendall en mi departamento hablando con la encargada de decorar el lugar donde se hará públicamente nuestro compromiso. No me importa que esté aquí, al contrario me gusta pero hoy estoy con todo el estrés encima, escuchando sus quejas con todo lo que tiene que ver en ese evento.

– No, los manteles serán de seda pura color vino ¡Eso ya se lo dije miles de veces! – Escucho exigir a Kendall, luce frustrada pero me encuentro más frustrado yo al escucharla.

Trato de no poner la más mínima atención en eso, ya que creo yo que esto es más importante. Me concentro leyendo las miles de hojas que tengo sobre mi escritorio.

– Dígame si no es lo suficientemente competente como para hacer lo que le pido, que para eso le estoy pagando. – Vuelve a decir con grandeza. Suspiro colocando mi mano sobre mi mentón. – Solo hábleme cuando ya tenga todo listo.

Después de esto, ella cuelga. Escucho como bufa y se deja caer en el sillón casi frente a mí. – ¿No te importa saber cómo va nuestra fiesta de compromiso? – Escucho su voz con un tono de indignación.

Levanto rápidamente la cabeza hacia ella, su ceja esta levantada exigiendo respuesta alguna. Me pongo nervioso, ya que mis manos comienzan a sudar. – ¿De qué hablas? ¡Claro que me importa, Kendall! – Ahora el indignado soy yo.

Levanta su cuerpo del sillón y camina hacia mí. Se coloca por detrás, se agacha y pasa sus manos por mi pecho y después me abraza desde la misma posición.

– Bueno, lo siento bebé. Solo que siento que no estás tomando mucha importancia en esto. – Su voz es más baja que en un principio e incluso parece un poco más relajada.

– Amor, sabes que he estado muy ocupado con unos negocios que haremos en Minnesota y no puedo desaprovechar esta oportunidad. – Tomo sus manos y beso la primera que está a mi alcance. Suspira pero sé que ese suspiro está disfrazado de un bufido. – Aparte, mi madre dijo que estaba dispuesta ayudarte. – Le recuerdo.

– Sí, y lo está haciendo. Ella se está encargando de otras cosas, pero como yo soy la prometida soy la que más tiene que hacer, ya que la fiesta es a mi gusto. – Ella tiene razón, Kendall no va a dejar que otros hagan lo que es para ella. Se pasa tranquilamente hacia el frente, empujando levemente la silla hacia atrás, para así acomodarse sobre mí.

Sonrío pícaramente, me encanta cuando ella se pone así, pero debo calmarme y parar antes de que pueda perder más tiempo y no termine mis informes.

– Amor, no puedo. – Susurro con tristeza. Veo a ella hacer un puchero e inmediatamente se levanta de encima de mío, haciéndome sentir mal.

Pone los ojos en blanco antes de contestar. – Está bien, continúa con lo tuyo. Me tengo que ir, necesito ir a ver que me pondré esa noche tan especial para nosotros. – Vuelve acercarse a mí, quedando a escasos milímetros de distancia. Vuelvo a sonreír y sin poder más, la acerco para besarla.

Protect Me ; Harry Styles • EDITANDO • Where stories live. Discover now