Capítulo 47

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—¿Soap? —me llaman desde algún lugar.

Abro los ojos cuando la pequeña Vargas se mueve a mi lado. Su cuerpo se acurruca más cerca del mío y la abrazo de nuevo en un intento de volver a dormir.

—Amigo, lamento molestar pero de verdad debes salir. —mi mente por fin logra procesar que quien se encuentra hablándome es König—. Ha llegado un extraño paquete.

Gruño con frustración y me digo a mí mismo que todavía sigo en la base y en servicio, que debo mover el culo y que no puedo golpear a mi compañero porque se encuentra herido.

Rulitos alza la vista desde mi cuello y se frota uno de sus ojos. Sonrío ante la imagen de tenerla aquí conmigo, soñolienta y tranquila. Me inclino para darle un suave beso en los labios antes de empezar a levantarme.

—Ya salgo. —exclamo alto para que König me escuche.

Si hay algo que ha hecho mover a mi amigo pese a su condición médica, entonces si es importante.

—No quiero levantarme. —(T/n)_____ me toma del cuello y tira para que me recueste sobre ella de nuevo—. ¿Sin pesadillas?

Asiento mientras acaricio su rostro con mi nariz. La caricia es lenta y ambos suspiramos antes de que deba obligarme a separarme de nuevo para acudir al llamado.

—Ven conmigo. —la invito—. Se que te gana la curiosidad, y sea como sea, te vas a terminar enterando.

Ella ríe a medida que se sienta en la cama para estirar varias partes de su cuerpo. Solo lleva puesta mi camisa, sus rulos parecen más aponjados y su piel brilla por la luz natural; su increíble imagen casi ocasiona que mande a la mierda el llamado de König solo para volver a aferrarme a su cuerpo.

—¿Te gusta lo que ves? —pregunta con coquetería mientras se levanta de la cama con una lentitud.

—Por supuesto. —afirmo y mis ojos no dudan en recorrerla de nuevo.

Su carcajada, acompañada de su alta silueta ya de pie es todo lo que está bien en este mundo.

Haberle confesado mis sentimientos fue la mejor decisión que pude haber tomado. Saber que su deseo por mí es recíproco y que no tuvo miedo en ningún momento es más que suficiente para que mi corazón se sienta saciado. Hacer feliz a la mujer que quieres no tiene maldita comparación.

—Te quiero. —murmura ya frente a mi.

Tomo su rostro en mis manos con cuidado y disfruto de como sus ojos se cierran cuando le planto un beso en la frente.

En la mira [Soap x Tu] (#2) Where stories live. Discover now