Capítulo 13

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Sin ubicación exacta...

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Él no entendía como había terminado en aquella situación, pero tenía que solucionarlo o lo matarían.

Siempre era bueno cuando su "Tutor" no le prestaba mucha atención, pero algo que si sabía con seguridad es que tarde o temprano se terminaría dando cuenta de que no estaba cumpliendo con sus objetivos y eso no le convenía, pues podía terminar tres metros bajo tierra.

Se había alejado por un tiempo de todo, había mantenido el perfil bajo para adquirir mercancía y nuevos hombres. Todo parecía estar marchando bien y tenía la esperanza de por fin cumplir su plan de capturar a Price. 

Hasta que apareció una nueva amenaza.

Diablo siempre ha sabido luchar contra las plagas. Por eso cuando los mensajes con extraños avisos empezaron, él solo imaginó que era una nueva organización queriendo crecer y se dijo que sería pan comido borrarlos del mapa. Para su desgracia, los subestimó y eso le costó un contenedor lleno de valiosa mercancía.

A penas se dió cuenta que esos nuevos enemigos no parecían ser cualquier cosa, se empezó a mover con más astucia y en uno de los ataques logró tomar a uno de sus hombres.

Somos...“Los Redentores.” —fue todo lo que dijo antes de morir.

Pese a todo lo sucedido, ellos no seguían siendo una verdadera amenaza para su organización. Estos hombres solo le robaron mercancía una vez, se dejaron ver otras cuantas y desaparecieron como si nada.

Hasta ese día.

Un día antes del ataque al hijo de Ghost Riley.

Una cosa que Diablo sabía es que la mejor forma de derribar al enemigo es tomando lo más preciado que tiene. Jhonny Valerys intentó luchar usando al niño como Talón de Aquiles, y él iba a hacer lo mismo pero con más audacia.

Tenía todo perfectamente planeado, sus hombres se dirigían al lugar de residencias para posicionarse y atacar. Iba a secuestrar al niño para después intercambiarlo por el Capitán. Él conocía el buen corazón de Jhon, sabía que se entregaría sin rechistar con tal de que el mocoso estuviera bien.

En su plan nada parecía que iba a salir mal. Todo marchaba perfecto. O así fue hasta que por algún motivo perdió comunicación con sus hombres. Al recuperarla, ellos le dijeron que él había dado el aviso de retirarse. Se podrán imaginar el grito al cielo que escupió debido a la ira.

En todo ese momento de rabia, dándose cuenta que ya no podía hacer nada porque sus hombres estaban lejos y sería arriesgado volver a enviarlos ahí, le llegó un mensaje.

“El hijo de la hija no es una buena opción.”

“Si quieres lastimar al Capitán, asesina a su hija adoptiva.”

Keegan, su hombre de más confianza hasta el momento, le había dicho que la tal Alya Heck era una clase de hija adoptiva para el Capitán Price. No le dió muchos detalles del asunto pero no los necesitó realmente. Si esa mujer era importante, entonces prefería tomarla a ella y atacar la base en la que residen.

Su idea de bombardear la base y raptar a la tal Alya parecía mucho mejor que secuestrar al niño. Por eso, en la actualidad, le había enviado una foto de la mujer que debía matar a su infiltrado. Esa foto la había conseguido Keegan para él, y ya no tenía dudas de que todo saldría a la perfección.

Hasta ahora.

—Quiero que me expliques como es que mi infiltrado terminó asesinando a la persona equivocada. —sus años de experiencia lo ayudaban a mantenerse sereno pero estaba apunto de lanzarse contra el sujeto del pasamontañas.

—Cuando busqué información sobre la tal Alya, fue la imágen de esa mujer la que apareció.

—Pues nuestros amigos me enviaron un mensaje donde decía que esa era la hija equivocada. —Diablo inclinó el rostro, casi como lo haría un depredador—. Espero que no estés jugando conmigo, Keegan. Sería una pena asesinarte.

El hombre del pasamontañas guardo silencio y Diablo le hizo una seña para que se marchara.

—Que no se vuelva a repetir, y busca de una maldita vez quien es la tal mujer que debo secuestrar.

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—Todo salió a la perfección. Ambos están a salvo.

El suspiro tras la línea alegró un poco a Keegan, pero no demasiado.

—Se que fue cruel hacer que le dispararan a la hija de los mexicanos, pero no podíamos dejar que le hicieran algo a ella.

—Pero Alya estaba en el cielo, no le iba a pasar nada.

—Tenía que ser así para que el infiltrado se dejará ver. —le explicó la vieja y sabia voz del hombre—. Las cosas pasan por algo, hijo. Esperemos que la pobre muchacha no muera por ese disparo.

No quería escuchar más palabras  de su superior, Keegan estaba disgustado. Nunca lastimaban inocentes, engañar a Diablo para que diera la orden de atacar a la hija de Vargas fue un acto demasiado cruel, incluso para ellos.

Pero nada haría cambiar de idea a Alcón, él solo tenía dos propósitos:

Matar a Diablo.

Y proteger a su hija.

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En la mira [Soap x Tu] (#2) Where stories live. Discover now