Capítulo 23

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—Gracias por no llamarnos todavía a tu lado. —la flama de la vela crece por un momento pero luego vuelve a la normalidad, cosa que me hace sonreír—. Se que este no es el mejor altar pero ya sabes que aquí no se puede hacer mucho.

Me quedo un largo tiempo contemplando el fuego, disfrutando de sus movimientos y el silencio de la habitación.

Ha pasado una semana desde lo ocurrido con Diablo y sus hombres. Mis heridas, igual que las de Ottys, se han curado bastante bien pese a la cantidad de movimientos y fuerza que hicimos. Todavía molesta un poco pero ya es más tolerable que antes.

Las cosas en la base han estado muy ajetreadas por las contrucciones y la búsqueda de información para saber que sucedió con Diablo después de que se bombardeara el lugar en el que estábamos. También, mis padres me contaron que habían interrogado a Stan Heck pero no me dijeron nada más porque no lo tienen permitido; aunque no pudieron evitar comentarme que el sujeto es irritable, hasta el punto de que Ghost y Soap querían arrancarle la cabeza.

Hablando de Soap, no lo he vuelto a ver. Bueno, realmente no he visto a nadie que no sea mi familia pues me he dedicado a quedarme en mi habitación asignada para organizar mi sistema de archivos y redes en un intento de ver si logro dar con algo que nos ayude a dar con nuestros enemigos. Solo he salido para comer y ayudar en unas cuantas cosas que me pedía Rudy.

Salgo de mis pensamientos cuando la flama se sacude de nuevo y no puedo evitar observar el tatuaje de aquella a quien le rindo culto. Me lo hice después de que mis padres lograrán salvarme de él.

—(T/n)______.

La puerta se abre y la figura del Capitán se deja ver. Está armado y me sonríe cuando me ve en el suelo frente a la vela y la pequeña estatua que me dejaron traer. Al principio parece dudar si entrar pero le hago una seña para que lo haga.

—Venía a ver como seguías. —formula mientras toma asiento en la orilla de la cama—. Lamento interrumpir.

—Tranquilo, ya había terminado.

Él se limita a asentir y luego suspira antes de volver a hablar:

—Tus padres me pidieron que pusiera un soldado a tu cuidado. —ruedo los ojos mientras me pongo de pie, cosa que lo hace reír—. No voy a hacerlo si tú no quieres, eres una adulta y puedes tomar está clase de decisiones.

—Se que se preocupan por mi, pero no necesito que nadie me escolte. —afirmo y vuelvo a fijar mi atención en la vela—. Algún día, ellos no estarán aquí para protegerme.

Me duele mucho pensar en su partida, pensar en que algún día no podré abrazarlos ni decirles cuánto los amo, pero... Así es como son las cosas y no hay nada que podemos hacer.

En la mira [Soap x Tu] (#2) Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum