En la mira [Soap x Tu] (#2)

Capítulo 36

•🧿•

El tiempo pasa a medida que lloro la perdida de mi madre. El agujero en el suelo ya ha sido sellado, consumiendo así el ataud de la mujer que mas amé en esta vida. Su lápida se encuentra casi brillando por el intenso sol, lo que me hace dar cuenta que a diferencia de las películas, en su entierro no cayó ni una gota de lluvia.

Me incorporo poco a poco para alejarme del suave cuerpo de (T/n)______ y nos observamos brevemente antes de decidir inclinarme para plantearle un corto beso. Sus mejillas se sonrojan y sonrío ante su adorable reacción.

El poder haberme resguardado en su pecho, el poder haber llorado sin sentirme juzgado y el saber que cuento con su apoyo es todo lo que necesitaba para afrontar esta situación. Quisiera poder revelarle que su presencia fue lo que me ayudó a no caer por completo y que la atracción que siento por su persona no tiene nada que ver con los nuevos y abrumadores sentimientos que han empezado a surgir.

—Gracias. —es lo único que sale de mi mientras sigo obervandola.

Ella me devuelve la sonrisa para luego rodear mis hombros en un abrazo. Mi corazon se agita, no solo por su contacto sino por el gran cúmulo de emociones que me han ayudado a mostrar la verdad que no quería aceptar.

Me gusta (T/n)_____ Vargas.

Me gusta su cabello, me gustan sus ojos, me gusta su sinceridad, me gusta su valentía y su impertinencia. Me gusta todo de esta mujer y aun así siento que necesito más de ella, que necesito más para deleitarme con su ser.

—Deberiamos levantarnos antes de que alguien pase y nos lance una moneda o algo.

La miro con extrañeza cuando salgo de mis pensamientos pero su mueca burlona solo logra hacerme reír. De verdad aprecio su intento de aligerar el ambiente por lo que me dispongo a obedecerla y me coloco de pie para luego ayudarla.

Ahora que estoy más calmado puedo ver lo hermosa que se ve con ese vestido largo y que tiene un pequeño lazo negro detrás de su cabeza que le sostiene un poco de cabello. También me doy cuenta que tanto ella como yo nos hemos ensuciado bastante por habernos sentado en la tierra cerca de la tumba.

—Tu vestido... —intento decirle pero guardo silencio cuando su boca se junta con la mía de nuevo.

Esto no debería sentirse tan bien en este momento pero es inevitable.

—Eso no importa. —susurra—, ¿Cómo te sientes?

Me aferro a ella como lo he hecho desde que llegamos aquí. Acaricio su cintura con cariño mientras observo su hermoso rostro.