En la mira [Soap x Tu] (#2)

Capítulo 24

•🧿•

Lo beso.

Porque las cosas inesperadas nos ayudan a no pensar.

Y porque él es demasiado irresistible, incluso con su seria actitud.

Al principio se queda quieto y por un momento temo que se aleje. Luego, con lentitud y cuidado, me corresponde el beso.

Nos besamos con calma, como si de verdad tuviéramos todo el tiempo del mundo. Me permito tomar su rostro en mis manos y él aprieta mi cintura en respuesta. No me doy el lujo de pensar en el tiempo ni en el lugar, solo me encargo de disfrutar del momento y de la increíble forma que tiene este hombre de besar.

De repente, él se detiene pero no se aleja. Tomamos fuertes respiraciones mientras nos observamos con ayuda de la tenue luz del callejón y me permito guardar la imagen en mi memoria, sobre todo porque se que va a rechazarme.

—Esto está mal. —susurra y sonrío sin gracia porque ya me lo esperaba.

—Si, lo sé.

Él se endereza sin soltarme y cuando pienso que se va a apartar, sus labios se estampan con los míos de nuevo.

Este beso no es como el anterior, sobre todo porque empuja mi cuerpo contra el suyo y su boca parece devorarme. Me besa duro, frenético y se encarga de dejarme claro que está molesto. Sonrío en medio del beso pero Soap mete una de sus manos en mi cabello y empuja mi cabeza hacía él para besarme con hambre.

Estoy encantada con su forma de besar, con su agarre en mi cabello y con el calor que emana de su poderoso cuerpo. Parezco estar en una clase de hipnosis de la que no quiero salir nunca y hago lo posible por seguir su ritmo. Nunca me habían besado así, con tanta necesidad. Este contacto despierta múltiples sensaciones en mi cuerpo y cuando se mueve contra mi, no puedo evitar gemir con gusto.

El sonido parece sacarlo del trance pues se aparta con demasiada rapidez y casi tropieza mientras retrocede. Elevo una de mis cejas, intentando demostrar que no estoy para nada afectada por lo que acaba de pasar. Soap respira con agite y deja de mirarme para observar el lugar en el que estamos.

Y, justo ahí, veo como el terror inunda sus facciones.

—Mierda. —gruñe para si mismo, aunque logro escucharlo.

Me cruzo de brazos y opto por una pose relajada mientras espero a que se digne a decir algo al respecto, pero, como ya lo había imaginado, no recibo nada de su parte pues solo está enfocado en un punto del callejón.

Si soy sincera conmigo misma, sabía que iba a reaccionar así. Siempre he notado su interés hacia mi pero para él, un soldado que sigue órdenes y sabe de quién soy hija, hacer algún movimiento en mi dirección es bastante arriesgado. Pese a saber todo eso, pese a haberme enterado sobre lo importante que era la tal Natasha para él, tenía una vaga esperanza de que las cosas podían ser distintas.