Muñeca rota

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Fizzarolli estaba desayunando su estúpido cereal en la sala de su enorme mansión. Tenía el peor humor de todos porque esa noche debía realizar un acto en compensación al show que tuvo que cancelar cuando estuvo en mal estado. No le importaba prepararse solo y todo el procedimiento, pero no podía evitar extrañar el aliento de Ozzie, quien se fue viaje de negocios hacia los demás anillos porque era un empresario en cuanto los productos que producía en la fábrica.

Estaba nervioso, frustrado y alterado. Sabía que Mammon no iría al show porque no gastaba su tiempo en los estadios que no estaban a su nombre y, esa noche, sería un espectáculo en un lugar muy reducido pero con gente de mucho dinero asistiendo. Sin embargo, las cosas con Barbie no salieron como esperaba y el idiota de Blitz no le respondía los mensajes. Gruñó con ganas de golpearlo, tomó su celular en la mesa y volvió a escribirle con toda la impotencia del jodido universo.

"BlitzO. Ya respóndeme."

"Escribe bien mi nombre."

La respuesta fue instantánea, cosa que le sorprendió. No pensó que podría ser tan fácil. Además, eran como las siete de la mañana de un domingo y estaba despierto. Eso era aún más raro. Dejó de pensarlo, volvió a escribir otro mensaje en menos de un minuto.

"¿Estás enojado?"

"¿Por qué? Estaba ocupado cogiendo con Stolas. Perdón."

Eso explicaba mucho. Blitz era despistado, quizá hasta olvidó el mal trago que pasaron juntos la última vez que hablaron en el circo. Si estaba con el príncipe y las cosas andaban bien entre ellos, no tenía porqué preocuparse. Había estado nervioso por el asunto, pensando tontamente que quizá había arruinado algo entre ellos dos, pero todo parecía en calma.

Entonces, mandó otro mensaje.

"Blitz, Ozzie se fue de viaje de negocios y no me podrá acompañar a mi show de hoy en la noche. Ven conmigo."

Fizz no quería estar solo. Podía soportarlo, pero le gustaba que alguien que no fuera el público en general disfrutara de su show. Ozzie siempre estaba cuando podía. Sin él, la mansión y cualquier lugar, se sentía solitario. Y tendría que estar sin él por días enteros, extrañándolo y durmiendo solo en esa enorme cama.

"Claro, Fizz. Me encantaría."

Recibió la respuesta y sonrió. Él tenía a alguien. Ya no dependía de Ozzie para todo, podía ser acompañado por Blitz otra vez, como antes.

Cuando se dio cuenta de eso... se sintió extrañamente afectado. Se estaba aferrando mucho a él y eso no era bueno. Se estaba encariñando de la misma forma que antes. Le asustaba pensar así... porque ya lo perdió una vez. Perdió a su mejor amigo y eso lo destrozó. Odiaba pensar que, al quererlo tanto, eso también hacía que cualquier cosa que hiciera pudiera afectarlo.

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El cristal funcionaba muy bien después de todo. Blitz apareció en la entrada lateral del club donde se presentaría Fizz, cerró el portal con el cristal que le obsequió Stolas y que utilizaba cuando él requería del libro para su trabajo. No quería molestarlo tanto y, como el trato de la luna llena ya no existía y su relación estaba bien, podía usar el beneficio del mineral para su vida diaria y trabajo.

Por desgracia, apenas cerró el portal, se encontró con un rostro conocido a punto de ingresar. Los paparazzi invadieron a las dos figuras que estaban al costado de la puerta: a la presunta nueva pareja del príncipe Stolas y a Verosika Mayday.

—Ah... esta perra otra vez —Blitz se cubrió el rostro con ganas de morirse. Y los flashes de las cámaras no ayudaban, no manejaba bien ese constante acoso de los medios.

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