Epílogo

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Veinticinco

T/N
Luego de la llegada de los mellizos los años pasaron volando como si nada. Ahora estábamos por celebrar su cumpleaños número dos, cuando nos esteramos que serían dos y no solo uno, nuestras preocupaciones fueron en aumento, pero sobre todo fue mayor la felicidad de tener la oportunidad de formar una familia.

Nos casamos unos meses después de que los mellizos nacieron, mis padres no se presentaron y aunque me dolió, Namjoon se ofreció a acompañarme, se arregló una silla con la foto de Octavio, los demás miembros de BTS llegaron y también los chicos de TXT, otros artistas famosos también hicieron acto de presencia y algunos incluso cantaron una canción y sin duda, la mayoría quedaron enamorados de los mellizos; luego de eso Heeseung tuvo que hacer su servicio militar obligatorio e incluso ahora pediría un permiso para poder estar presente. Sunghoon también había ingresado y tanto Jungwon como Sunoo empezaban a preparar su enlistamiento.

Tome unos globos más y los puse en el carrito de los bebés, ellos seguían durmiendo y no pude evitar ponerme triste al pensar en lo mucho que Octavio los hubiera querido. Me acerqué a la caja y pagué, al salir de la tienda me impresione mucho al ver la persona que estaba frente a mi, habían pasado unos cuantos años desde que lo había visto e incluso llegue a pensar que había dejado Corea.

–¿Tyler? –él me reconoció y pude ver un poco de alegría en su cara.

–¿Son tuyos? –asentí con orgullo.

Me invitó a beber una taza de café, acepte por la intriga de saber que había sido de él todo este tiempo, éste parecía estar bien, incluso podría decir que se veía mejor que antes.

–¿Cuántos años tienen?

–Hoy cumplen dos años –arregle la manta del carrito.

–¿Son mellizos? –asentí– ¿Cómo se llaman?

–Ella es Lee HeeSook y el es Lee HeeJun, la niña es mayor por dos minutos.

–Salió luchadora como su mamá –le dió un sorbo a su café, dirigió su mirada a mi anillo de bodas.

–¿Has estado bien? Desapareciste de la nada, ya han sido...

–Once años –río por lo bajo–. Regrese a Canadá por un tiempo y luego volví a Corea, quise disculparme, pero ya te habías mudado de casa y cuando le pregunté a Emely me dijo que estabas por casarte por lo que no quise aparecer de repente, además...

–¿Además? –le cuestione al verlo callarse.

–No pensé que fuera a ser bienvenido.

No fui de contestar nada puesto que tenía razón, platicamos un poco más y pudo cargar un rato a los niños, le conté que les habíamos puesto nombres que podían usar en el extrajero. A la niña le pusimos Emma Lee Evans y al niño Octavio Lee Evans, se sorprendió al ver que escogí el nombre de mi madre y le expliqué mis razones.

Luego de despedirnos me dijo que probablemente no volveríamos a vernos y eso me hizo entristecer un poco, después de todo, fue alguien importante en mi vida, pero me alegraba que haya hecho su vida y ahora se viera como un hombre hecho y derecho.

That Feeling WhenWhere stories live. Discover now