Catorce

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T/N
Sin duda alguna mi cuerpo necesitaba un trago o quizá más de uno, luego de lo sucedido, la mañana había sido todo un fiazgo, un lugar que estaba lleno de penumbre y un mísero silencio que te hacía cuestionarte tu pequeña existencia molecular en ese lugar.

Sus dedos habían quedados marcados en mi brazo y me dolía cada vez que recordaba lo sucedido. Su semblante serio, sus ojos iradiando odio puro, sus manos, su boca siendo un pozo de palabras hirientes en ese momento todo en él fue algo hiriente.
La noche había llegado, le había prometido a Ruby ayudarle con unos papeles y he aquí las consecuencias, ¿debería ir a beber sola? Había una tienda de conveniencia cerca de donde me quedaba y podía tomar un poco, de la resaca me encargaría mañana.

Me detuve al sentir los pasos de alguien más, pase por un gran vental y pude notar la silueta de un sujeto detrás de mi, ¿era de esos acosadores que iban tras las mujeres que se encontraban solas? Rebusque en mi bolsa y había olvidado el gas pimienta en casa, mire una vez más el ventanal y me detuve; esa gorra.

—¿Qué quieres? —me giré furiosa— Podrías dejar de seguirme, debiste usar algo diferente si tú idea era... —me acerque para quitarle la gorra, pero me detuve en el momento que me di cuenta que no era Heeseung— ¿Jay?

—Le buscas pelea a todo mundo en la calle —bromeo al ver mi confusión.

—Qué haces aquí?

—Te acompaño a casa, aunque mi idea era que no te dieras cuenta —no parecía una idea que pudiera llevar acabo.

—¿Eh? ¿Tú, acompañarme a mí, a mi casa? —puse mi mano en su frente para revisar la temperatura— No hay síntomas de fiebre, entonces...

—Eres muy divertida ¿lo sabias? —rodo los ojos con desagrado— ¿Iras a tu casa?

—¿Por qué? ¿Quieres secuestrarme? —bromee empezando a caminar.

—No creo ganar mucho, ¿hay alguien que pague el rescate? —me siguió la broma.

—Tienes razón —chaquee la lengua y sonrió—. ¿Puedes beber?

—Si, pero prefiero no hacerlo.

—Que aguafiestas —lo mire una vez más, de un tiempo para acá empezó a ser más amigable conmigo—. Entonces ¿me acompañes?

Jay asintió, lo lleve a la tienda de conveniencia que estaba cerca y lo hice esperar afuera, compre unas botellas de soju y algunos kimbap de atún con mayonesa —eran mis favoritos—, también ramen —eso era para él—. Pague todo y lo coloque en una bandeja, al salir a las mesas Jay estaba jugando en su teléfono y al verme se acercó a ayudarme, me miro con intriga al ver la cantidad de botellas de Soju que habia comprado; habia sido un mal día no estaba para que me juzgaran.

—Gracias por la comida.

Abrí una de las botellas de soju, el sabor amargo y a la vez dulce paso atreves de mi garganta haciéndome carraspear, joder como anhelaba esto. Jay no decía nada y solo me observaba, ¿para qué me habia acompañado si iba a estar tan callado? Era molesto, no obstante, su silencio era aún más conmovedor y apreciaba el hecho de no estar sola, si lo estuviera... estaría llorando sin consuelo.

...

Perdí la noción del tiempo ¿Cuánto habia pasado? Mire las botellas sobre la mesa, eran seis en total ¿las habia bebido todas? Jay seguía aquí. Tenía un jugo de caja en la mano y estaba viendo hacia la tienda de conveniencia, específicamente a la chica que estaba dentro eso me hizo reír y él se dio cuenta que habia despertado.

—Ton... hip... Tonto —reí sin control—. ¿Te gusta? —le susurré como si ella pudiera escucharnos.

—No.

That Feeling WhenWhere stories live. Discover now