Once

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T/N
El tiempo, realmente me asombraba lo rápido que el tiempo habia pasado y como todo empezaba a avanzar de una forma lenta, ya habían pasado dos meses desde que habia venido a Corea y ni siquiera lo habia notado. Pude adaptarme rápidamente al ambiente, aunque tuve problemas de sueños las primeras semanas; visitaba la tienda de conveniencia muy seguido ya que también me ayudaba a mejorar mi coreano y justo ahí conocí a Jiho, es un chico agradable y también tiene mi edad así que ¿adivinen quien obtiene dulces gratis?

Tiene una novia que está cursando la universidad, eso me hizo cuestionarme: ¿yo debí haber cursado la universidad? Me centre tanto en poder conseguir esto que una carrera estable con un título universitario paso a ser un segundo plano para mí, pero la verdad ¿a quién engañaba? La universidad nunca estuvo en un plano de mi vida. Octavio entro a la fuerza armada y la responsabilidad de exaltar el apellido de la familia habia caído sobre mí, no lo odiaba por eso más bien lo odiaba por lo que habia escogido; estar en la fuerza armada no era un juego e incluso yo lo habia pensado en algún punto.

En lo que respecta a mi estadía en la empresa no habia mejorado mucho, seguía manteniendo mi distancia y ahora probablemente tenía una amiga —o eso creo—, Ruby lleva un año en la empresa y me dejaron a su cuidado he estado aprendido todo lo que puedo de ella, escribiendo alguno que otro consejo y poniendo en práctica el cómo controlar el carácter —tanto de los chicos como el mío—. Ruby era un año mayor que yo, pero habíamos dejado las formalidades de lado.

—Buenos días, Ruby —me saludo con una mano, le entregue su café.

Todos estaban murmurando entre ellos y volvían a ver hacia donde estaban los chicos, desde mi punto de vista todo estaba normal así que no entendía a que se debía tanto cuchicheo.

—¿Qué sucede? —me acerque a Doyun.

—Ni idea —le dio un sorbo a su bebida—. Es solo que nos asombra que Lee Heeseung no nos haya gritado en unas semanas.

—¿Siempre grita?

—La mayor parte del tiempo, además, dicen que tiene problemas de ira —me susurró lo último y pensándolo bien sería un factor, pero no tendrían porque estar hablando sobre eso.

Moví mi cabeza de un lado al otro para hacerle saber que eso estaba mal y Doyun solo alzo los hombros con indiferencia, le di un último sorbo a mi café y me acerqué a los chicos para saber en qué ayudar. Este día seria tranquilo, solo revisaríamos la paleta de colores y un experto nos ayudaría con eso así sería más fácil saber en quien podemos usar colores fríos y colores cálidos.

...

¿Tranquilo? Como si trabajar con artista significara tener un día tranquilo o quizá habían sido mis palabras las que crearon una maldición, me senté en uno de los sofás cuando sentí unos pasos caminando hacia a mí y eso me puso alerta si se acerba un poco más tendría que levantarme y tratar de descansar en otro lado.
Poco a poco se hicieron más cerca e intente ponerme de pie, una mano sobre mi hombro me impidió levantarme por lo que mire hacia arriba.

Mi corazón dio un vuelco de ida y venida cuando mis ojos notaron a Heeseung, traía unos lentes de aro redondo que lo hacían verse genial, su cabello estaba un poco despeinado y me dio una cálida sonrisa. Se sentó a mi lado y me entrego una botella con agua, dude en aceptarla si alguien nos veía armarían rumores o peor aún, un problema.

—Los artistas también cuidamos la salud de nuestro staff, además, note que no ha bebido agua solo ese café de la mañana —acepte la botella un poco nerviosa. ¿Me habia estado observando?

—Gracias... ¿has estado mirándome? —casi se atraganta, mientras movía sus manos dándome a entender que no era así. Le di pequeños golpes en su espalda para que se relajara— ¿No? Bueno.

That Feeling WhenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora