Quince

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T/N
Abrí lentamente mis ojos mientras esperaba que se acostumbraran un poco a la luz, di un suspiro y me gire a ver el reloj que estaba en la mesa de noche junto a mi cama; ocho y media... ¡Ocho y media! di un brinco de la cama mientras buscaba mi toalla, fue la peor de las ideas, la resaca me golpeo de pronto haciéndome doler la cabeza.

—Mierda...

Camine lentamente a la ducha tratando de recordar como llegue hasta casa, lo último que recordaba fue haber estado bebiendo con Jay, comprarle ramen, comprar seis botellas de soju para mí y burlarme de él. todo fue normal... el jabón se deslizo de mis mano al momento que el recuerdo de lo que paso llego a mi mente, le habia gritado e incluso habia llorado con él; me puse de cuclillas mientras tomaba nuevamente el jabón ¿él me trajo a casa? Por un demonio, vio el desorden y no solo eso, vio una faceta indignante de mí.

—Mierda... —me repite una y otra vez todos esos momentos vergonzosos.

Salí de la ducha y tome lo primero que encontré, mire la gorra sobre la cama y suspire ¿por qué tenía que haberla devuelto? ¿qué debía hacer yo? Antes de seguir mortificandome con preguntas sin sentido decidí usarla, era mía en primer lugar así que ¿por qué no habría de tener derecho de usarla?

...

Le di el último bocado al kimbap de atún con mayonesa antes de detenerme frente a la empresa, el señor Choi me mataría por llegar tarde y no tendría ninguna excusa creíble para darle, estaba agotada, la cabeza me explotaba y mi estado no era el mejor en esos momentos; probablemente me desmayaría y luego me despedirían por mi ineficiencia y también a lo que refiere en mi poco control para beber. Tenía algo más en que pensar ¿con qué cara se supone que miraría a Jay? Una trabajadora había llorado con él y no solo eso, él me habia acompañado a casa; si estuviéramos en los tiempos de antes me obligarían a casarme con él por el contacto tan íntimo que habíamos tenido —abrazo, llevarme a mi casa y dejarme en mi cama—, definitivamente eso era algo de lo que Octavio no tendría que enterarse.

Presione el número seis que era al piso que me dirigía en ese momento, qué cara pondría, cómo saludaría, ¿debería sonreír? No, no puedo, lo intente en los espejos del elevador y solo logre verme como un ser muerto en vida. Las puertas del elevador se abrieron y mi miedo más grande se hizo realidad, salí del elevador y tome la parte frontal de mi gorra empujándola más hacia abajo; por favor no me notes, por favor ignora el hecho de que estoy aquí. Caminé a toda prisa hasta que sentí como me tomo del gorro del suéter.

—Buenos días noona —mire a Jay, este estaba sonriendo—. ¿Huías?

—¿Quién? ¿Yo? —quiero matarle esa sonrisa burlona— Podría soltarme... —guarde silencio por un momento— por favor.

Pude notar como se contuvo para no reírse, me acomode nuevamente el suéter y me miro de pies a cabeza. Fue entonces cuando note lo que me habia puesto, llevaba todo el conjunto de negro y mis zapatos eran azules ¡azules! nuevamente estaba aguantándose la risa, lo sabía, quería burlarse de mí y es que joder, ¿podría disimular un poco por lo menos?

—Toma —me extendió la mano—. Supongo que esa resaca no debe ser fácil y... —empecé a caminar, pero primero tomé la bebida de sus manos.

—Gracias por esto, adiós.

—¿Estas apenada? —me tomo del brazo.

—No creo que sea correcto que una empleada le pida a su empleador que la acompañe a beber —me miro confundido—. ¿Me estas tomando el pelo cierto? —él asintió, para luego reírse a carcajadas— ¿Qué demonios pasa contigo?

—¿Por qué? Piensas que me gustas.

—¿Eh? No, claro que no. Estoy segura de que no soy tu tipo —bebi otro sorbo—, creo que tu tipo es la chica de la tien... —tomo el gorro del suéter y me lo puso, luego tomo las cintas y las jalo.

—Es mejor así.

Imbécil...

A lo lejos Heeseung nos observaba de una manera poco agradable e incluso podría decir que nos miraba furioso, por instinto o estupidez me quede viéndolo ¿cambiaría algo si me acercaba ahora? Pensar si realmente valdría la pena, escuchar la verdadera razón por la que reaccionó de ese modo, mi orgullo era algo que nunca pasaba por alto después de todo era lo que más me caracterizaba —según mi hermano—, pero qué tenía él de diferente. Con Heeseung las cosas nunca fueron bien desde el principio, él siempre piensa las peores cosas de las personas como la primera vez de nuestro encuentro y es que a pesar de no haberlo reconocido desde la distancia, justo cuando lo mire hubo algo en él que me llamo la atención ¿destino, casualidad o equivocación? ¿Qué éramos en la vida del otro, qué significábamos el uno para el otro? ¿Qué jugada del destino era esta y por qué nosotros?

Camine junto a Jay, mientras charlábamos de cosa muy triviales para ser la primera vez y estando sobria él no era tan mala persona.

"Jay hubiera sido un buen mejor amigo."

Antes de que entráramos a la sala de maquillaje me detuve, era posible que el ambiente fuera el mismo y sentir las miradas me hacía sentir comezón e impaciencia y es que no era buena tolerando ese tipo de cosas, menos cuando por culpa de alguien me habían agredido de ese modo; porque sí, era consciente del problema que se armaría si alguien más se entera de lo sucedido.

—Tenías razón —murmure con la cabeza gacha—. "Sería mejor que te alejaras y marques una línea antes de que sea tarde".

—Pensé que estabas dormida —solté una pequeña risa.

—Es curioso ¿no? —un nudo empezó a formarse en mi garganta— Fue lo último que escuche antes de que te fueras.

Jay no dijo nada y solo acaricio mi cabeza con la intención de aliviar mi dolor.

—Tomare tus palabras como algo del destino o quizá una señal ¿qué dices?

—¿Lo harás porqué quieres o porque yo lo dije? —su mirada habia cambiando. Jay ahora parecía alguien arrepentido— ¿Qué sientes por Heeseung? —guarde silencio— Cuando sepas que responder, sabrás que es lo que tienes que hacer.

Él fue el primero en entrar dejándome con la palabra en la boca. Sabía que algo habia cambiado, tanto en Jay como en mí, ambos ahora éramos distintos y es que en los últimos días él se habia vuelto más abierto y se acercaba a mí a charlar sobre cualquier cosa; el mismo pensamiento seguía rondando en mi cabeza: "si nos hubieramos conocido antes estaba segura de que podríamos haber sido muy buenos amigos."

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Holaaaaa...

No puedo creer que he llegado al capitulo número quince, me siento nerviosa y feliz (casi siempre se me van las ideas luego de un tiempo). Primero que nada siempre agradeciendo por el amor y la oportunidad que le han dado a este fanfic y a eso agregarle que he tomado la decisión de darle un descanso de algunas semanas, seguiré escribiendo y espero regresar con algo mejor luego de este pequeño descanso.

Regresaré, lo prometo.
Gracias.
¡Cuídense!

rkivilla

That Feeling WhenWhere stories live. Discover now