Veintiuno: La Despedida.

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HEESEUNG
Tenía los nervios a flor de piel por todo lo que había planeado, me hubiera gustado llevarla a un buen restaurante para desayunar, pero eso habría implicado que tendría que usar mascarilla o pagar para que fuera un poco más íntimo. T/N no dudó en levantarse a hacer el desayuno, desde el día anterior tanto Emely cómo Tyler habían decidido cambiarse de casa –podía decir que fue la mejor decisión que tomaron, en especial Tyler–. Ella no se negó y parecía que en el fondo agradecía que por fin le dieran su espacio ¿si le decía que regresaría al departamento con los chicos reaccionaria igual?

–¿En qué piensas tanto? –no note cuando sirvio la comida– Se va a enfríar.

–Gracias por la comida –solo sonrió débilmente–. Me hubiera gustado llevarte a un restaurante.

–¿Y gastar millones de wones en comida que puedo cocinar en casa? –le dio un sorbo a su taza de cafe– Hee, pensé que ya habíamos hablado sobre eso.

Sentí las mejillas ponerse coloradas, no podía negar lo feliz que me hacía cada que me llamaba "Hee" era como su sello personal hacia mi persona y sí, me encantaba, porque ¿quién más me dice "Hee" a parte de ella? ¡Exacto! Nadie. Ella parecía saber lo feliz que me hacía cuando me llamaba así, muchas veces me quedaba a dormir y amanecía aquí, salía antes para que no sospechara nada y me deja el desayuno hecho; era como si fuéramos una pareja...
Pareja, T/N y yo nos comportabamos como una pareja de recién casados. ¡Demonios! Ahora seguramente tendré la cara toda roja.

–Deja de estar pensando en cosas raras, tu rostro está rojo –me sirvió un vaso con agua–. Oye Heeseung –la mire preocupado, había dicho Heeseung y no Hee–, ¿debemos ir a ver la casa?

Solo asentí y la escuché suspirar, ella termino de comer y se levantó primero de la mesa, aunque aún no me acostumbrará a lo pequeño que era el lugar donde rentaba empezaba a amarlo tanto como empezaba a amarla a ella. ¿Esta bien hablar de amor a mis 21?

Luego de desayunar ella entro a su habitación para alistarse, yo tomé una ducha y me cambié de ropa. Por suerte le había pedido prestado el auto a mi hyung, porque entonces tendríamos que haver usado el autobús; T/N seguía sin llorar y no mostraba ni una pizca de querer hacerlo.

"Octavio me diste una díficil tarea."

Nos tomo unos 20 minutos llegar a la casa, no estaba tan lejos de la empresa y se podía ver qué era en una zona muy tranquila. Por su parte la casa era de un tamaño mediano que no pasaba lo extravagante, pero si podríamos decir que se gastó mucho dinero en ella, tenía cuatro cuartos –tres en la parte de arriba y uno en la parte de abajo–, dos baños, un patio, una sala muy linda y una cocina igual de linda, también tenía una terraza pequeña en la segunda planta. T/N examinaba todo el lugar con nostalgia, aunque esto sea triste se que no sería capaz de venderla, mi noona no sería capaz de darle a alguien más lo que su hermano quería para ambos; pese a todo el dolor que estaba guardando ella lucia muy cómoda en este hogar que muy pronto sería de ella.

–Como puede ver señorita Evans su hermano dejo todo en regla y pago todo al contado, los muebles llegaron en cuanto usted decida mudarse, pero tiene la opción de cambiarlos –había olvidado que el abogado y el señor de vienes y raíces también estaban aquí.

–¿Octavio escogió los muebles? –uno de ellos asintió y ella sonrio– Está bien, no pienso cambiar nada.

–¿Quiere decir que se mudará? –T/N me miró y luego a los otros dos señores.

–Me pueden dejar a solas con... –dudo un momento antes de buscar la forma correcta de llamarme. Hasta este punto nunca hablamos de lo que éramos realmente– Nos pueden dejar solos un momento, quisiera hablar con mi pareja.

That Feeling WhenWhere stories live. Discover now