𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

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LAS VACACIONES DE PASCUA FUERON RELAJANTES PARA CEDRIC, DRACO Y ELARA. EL DUO DE TERCER año tenían mucho trabajo que hacer, aunque pasar la semana libre de clases en la Casa Diggory lo uso considerablemente más soportable. La Ambrose se las había arreglado para convencer a su madre, que después convenció a Minnie, para permitir que Elara pudiera irse de Hogwarts por solo una semana. Nunca había habido un tiempo en el que Elara se sentía más agradecida por la existencia de su madre y de la Profesora de Transfiguraciones que el día antes de su partida. Ganar el permiso de Dumbledore no era algo que le importara a las señoritas de Fitzroy. Si no le daba el permiso a Ella de irse por una semana, no las detendría de encontrar la forma para que la chica se quedara con los Diggory.

La semana acababa de comenzar y ya había sido una interesante. Pero lo mismo no podía decirse para aquellos que se quedaron en Hogwarts.

Potter se mantenía yendo hacia la Lechucería, debatiéndose si debería mandarle o no una carta a Elara, solo para 'preguntarle como está.' Weasley tuvo que evitar que su amigo pasara mucho tiempo tratando de escribir una carta. Un gran número de pergaminos arrugados siempre terminaban regados por el piso de la Sala Común de Gryffindor. Ninguna carta terminó siendo mandada a Elara, por lo que Potter estaba un poco agradecido porque siempre terminaba quedando como un tonto frente a la chica. Estaba seguro que la primera carta que le había escrito solo haría que parecía mucho más tonto, y entre todas las cosas no quería que la familia Diggory la leyera primero y se rieran.

La familia Diggory si se reía cuando se trataba de Potter, solo que no por las razones que él se esperaba. Ella había erróneamente empacado el jersey negro del chico de Gryffindor en su baúl, en lugar del suyo. Cuando los chicos mayores del trio lo notaron ( después de preguntarle de quien era ), se apuraron en arrastrar a la chica escaleras abajo hacia sus padres. Uno tiró a Ella sobre su hombro y el otro chico corrió junto a ellos con el jersey en su mano. Una vez que el trio estuvo de regreso en la sala, las burlas y las risas alegres comenzaron.

El padre estaba un poco dudoso de la situación al principio. No le gustaba el hecho de que un chico le diera su jersey a Ella y el hecho de que realmente lo usara. Múltiples veces. Esos pensamientos pronto llegaron a su fin en el momento en el que su esposa comenzó hablar en lo muy adorables que serían Potter y Elara. La forma en el que el rostro de Elara comenzó a calentarse por la vergüenza fue divertido para todos.  Aunque había repetido varias veces que nunca le gustaría Potter y como el Quidditch era mucho más interesante, las burlas nunca terminaron.

La pareja casada de Hufflepuff ya no eran Señora Aurelia o Señor Amos para los gemelos de Slytherin, sino que mamá y papá. Elara y Draco no tenían vergüenza en decir esas palabras cuando se trataba de ellos. Los padres casi comenzaron a llora la primera vez que los llamaron así, un largo abrazo familiar fue compartido al final de la noche.

𝐧𝐨𝐯𝐚𝐭𝐮𝐫𝐢𝐞𝐧𝐭, harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora