»OSCORP«

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Herby

Conocía toda la ciudad. Toda. No me sorprendía que me hubieran traído al grupo de bodegas abandonadas que hacía años perteneció a Alchemax. Por ese mismo hecho tampoco me sorprendió descubrir que mis captores eran el grupo de mafiosos de Norman Osborn a quien se supone habían matado, pero yo lo veía muy vivito, claro, no completo, le faltaba el brazo derecho y un ojo, además de las cicatrices en la cara y cuello.

Norman Osborn, el antiguo dictador de este país ahora estaba sentado en una mesa a varios metros de mí, fumando un cigarro, rodeado de un grupo de hombres armados y encapuchados. Yo no sabía lo que quería pero sabía que en un momento empezaría a explicarlo.

Podría salirme de aquí y empezar a repartir golpes, quitarle un arma a alguno de esos payasos y disparar como loca pero... No quería hacerlo, si algo me salía mal, si alguien me golpeaba, si sin querer una bala me daba, el pequeño Spider-Feto correría peligro. Por eso esperaría pacientemente a que Miguel se diera cuenta de que yo no estaba y que posiblemente estaba en peligro.

–Doctora Olivia Morgan– Dijo el ex duende verde levantando la vista de su teléfono– O quiero decir ¿Silk?

Ah, entonces si es por eso... Yo no estaba sorprendida y él me veía con aburrimiento.

–¿Sabes por qué estás aquí?– Preguntó Norman poniéndose de pié y yo suspiré.
–¿Te quieres vengar por aquel golpe de estado con el cuál te destituyeron y, aunque, si bien no era el propósito te arrancaron un brazo y un ojo por puro gusto, y en el que en realidad no participé pues fue tu hijo el principal miembro y colaborador pero en el que pude haber contribuido indirectamente con mis actos contraculturales y anticapitalistas que aludían a la rebelión contra un sistema dictatorial?– Pregunté con desinterés viendo a otro lado– Y vas a decir que me torturarás, exhibirás todo en televisión o internet para que el mundo te tenga miedo en un triste intento de recuperar tu poder ¿No? Luego vas a matarme o algo así, no sé.
–Ah... No, podría hacerlo, si, era lo segundo en mi lista de posibilidades– Dijo él dando pasos por ahí, fumando un cigarro– Pero no hay nada que de fuerza a una revolución como un mártir, en el cuál te convertirías si te asesino y más en televisión... Serías su motivación para seguir en rebelión... Así que no. Lo que haremos es distinto.

A caray ¿Entonces? Bueno, esto era nuevo. Norman Osborn era un científico brillante, además de un empresario y dictador.  Pero la verdad sus planes siempre eran más de lo mismo. Tiró la colilla del cigarro y sacó otro, lo encendió y siguió fumando.

–Harry tristemente no heredó la visión de su padre, mi hijo es el rostro y cerebro de la rebelión, pero tú... Eres el corazón... Así que si le arranco el corazón a esta estúpida bestia, todo se viene abajo– Explicaba, tenía sentido, pero iba muy lento, yo quería que explicara todo de una vez, bueno, así pasaba el tiempo antes de que Miguel viniera– Silk, la protectora, activista y artista del pueblo ¿Sabes cómo te encontré?
–Pues en realidad no es tan difícil, wey, literalmente me dedico a casi lo mismo en mi vida normal, además no lo oculto tanto, o sea, me columpio hasta mi casa y entro por la ventana– Contesté y me soltó tremenda cachetada que me volteó la cara y empecé a sentir sangre escurrir de mi nariz– Okay...– Al parecer él lo quería contar– Dime cómo es que lo descubriste...

Empezó a explicar un buen de cosas de cámaras de vigilancia en los ojos de los policías robots que rondaban por las calles, coincidencias visuales, ADN, fotos, documentos de mi trabajo. Yo estaba mareada, todo me daba vueltas.

Miguel

Estaba en casa de mi madre pero Herby no llegaba, eran las tres con cuarenta y yo estaba seguro de que algo malo pasó, además de que no me contestaba y la ubicación del reloj decía que ella seguía fuera de la universidad.

SILK HEART - MIGUEL O'HARA Where stories live. Discover now