SILK HEART - MIGUEL O'HARA

»HERBY«

Herby

En el momento en que pisamos la tierra cuarenta y dos, supimos que no sería fácil. John Jonah Jameson, a través de noticiero en la radio, anunciaba que todas las calles estaban tomadas por pandillas, específicamente creadas por los seis siniestros. No sabíamos por dónde empezar y aunque si sabíamos que separarnos no podría ser buena idea... No estábamos para tomar decisiones prudentes, eran momentos de desesperación.

B. Parker y Gwen, Noir y Penny, Margo y Pavitr, Hobie, Kaine y yo. Nos fuimos por algunas calles ocultas, muy oscuras y tétricas. La verdad si que daban miedo y todo parecía vandalizado, ni una persona en las calles más que algunos vagos.

Narrador

Jess, Ben y Miguel habían llegado a la 42. No quisieron llevar a más personas para que no se hiciera un gran problema, pero parecía que necesitarían refuerzos.

–Vamos a separarnos– Dijo Miguel caminando por los techos de la gran ciudad– Quiero que traigan a Miles sin maltratarlo y si ven a los exiliados me llaman inmediatamente.

Todos se fueron por su lado. Parecía una dimensión bastante peligrosa, pero ninguno tenía miedo.

Herby

Llegamos a una serie de grandes bodegas abandonadas y oscuras en las que solo se oían ruidos macabros y la oscuridad llenaba cada rincón. Los tres estábamos asustados, pero ninguno quería admitirlo.

(No es necesario escuchar la canción pero si aún la quieren es Rosa Pastel- Belanova, la voy a poner en la playlist del libro)

Un gato tiró un bote de basura atrás y dimos un salto, entonces caminamos más rápido. Luego algo salió de mi boca, solo brotaba como algo imposible de parar. Estaba demasiado nerviosa.

–Sí, yo quería ser esa mujer... La madre de tus hijos– Susurré en un canto asustado, tomé las manos de mis compañeros y seguimos avanzando– Y juntos caminar hacia el altar...
–Directo hacia la muerte– Se unió Kaine viendo con desconfianza a su alrededor–Y aaaaaaal final... Ni hablar... Los dos nos destruimos... Y al final... ¿Qué tal?
–Tú y yo ya no existimos– Siguió Hobie apretando mi mano y caminando– No, no quiero ser esa mujer... Ella se fue a un abismo y tú... No eres aquel que prometió, sería mi superhéroe y que todo acabó, no queda más.

Los tres empezamos a caminar mucho mas rápido hasta salir de la calle oscura y llegar hasta un conjunto de departamentos vacíos.

–Seremos dos extraños, yo te olvidaré... Me olvidarás– Cantábamos  los tres y no sentíamos mucho menos asustados– ¡Hasta nunca!

Hobie me vió con una sonrisa divertida y yo también, pasó un brazo por mis hombros y yo me reí un poco hasta que acercó sus labios como para besarme. Lo empujé.

–¿Qué te pasa?– Le pregunté y miró a todos lados.
–Ah... Entendí mal entonces– Contestó rascando su cabeza y con una sonrisa nerviosa.
–¿Y dónde quedó ese botón? Que lleva a la felicidad... Luna de miel... Rosa pastel... Clichés y tonterías– Seguía Kaine desde adelante dando uno que otro saltito, luego notó que los de atrás nos detuvimos.

Los tres nos miramos y nos avergonzamos por andar de miedosos, pero luego nos reímos y continuamos.

–¡Y aaaal final, ni hablar, los dos nos destruimos, y aaaal final ¿Qué tal? ¡Tú y yo ya no existimos!– Seguimos como si nada hubiera pasado y saltamos agarrados de las manos– ¡No, no quiero ser esa mujer! ¡Ella se fue a un abismo! ¡Y tú no eres aquel que prometió, sería mi superhéroe y que todo acabó, no queda más! ¡Seremos dos extraños! ¡Yo te olvidaré! ¡Me olvidarás! ¡Hasta nunca!