»BURROS DE COLORES«

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(Les dejo las referencias hasta abajo)

Herby

Estaba sobre un champiñón rojito, veía por dónde caminaba ese caballo morado e iba siguiéndolo por unos minutos hasta que ví a Miguel sobre otro hongo del otro lado del cuarto. Le hice una seña y saltamos al mismo tiempo.

Caí exactamente detrás del burro y este solo me vió de reojo.

–¿No sabes que es de mala educación irte así como así cuando te hacen una pregunta?– Habló y dió la vuelta lentamente.

Iba a sacar sus brazos robóticos pero le disparé telarañas justo a los agujeros en el momento en que se abrían.

–Nunca me gustaron los burros– Contesté con el ceño fruncido.
–No soy... No soy... Un pinche chingando pendejo puto burro– Habló con espuma saliendo de la boca y los ojos saltones viendo a la nada.
–Oye no seas grosero– Dije poniendo mis manos en la cintura.

Lancé una telaraña cuando empezó a correr frenéticamente hacia mí. Se le pegó a un casco y cayó al suelo, luego le pegué otro y otro y otro. Miguel apareció. El pony lo volteó a ver y Miguel se quedó helado, sus ojos tenían un brillo violeta.

–¡Papi! ¡Papi! ¡Ayudame! ¡¿Dónde estás?!– Gritaba la voz de la niña saliendo de la boca del pony, noté que su cuerno brillaba.
–¿Gaby?– Preguntó Miguel y abrí mucho los ojos.

Lancé rápido otra telaraña y envié una carga eléctrica de alta energía para poder electrocutarlo. El pony empezó a sacudirse y luego Miguel pareció volver en sí y disparó la red.

El pony desapareció.

Narrador

Gwen y Noir caminaban lento por los pasillos de un patio abandonado de lo que parecía ser un hotel. No hacían nada de ruido por miedo a encontrar otra de las miles de entidades que había ahí. Se habían topado con cosas que sabían que vivirían en su memoria por mucho tiempo.

Y abriendo la puerta principal del hotel todos gritaron del susto, una que otra grosería se escuchó. Casi todos los Spiders en misión ya se habían encontrado al fin.

–Okay, okay, si ustedes vienen de allá y nosotros de acá... Vamos a la derecha– Dijo Kaine señalando la única salida aparente del patio– Debemos encontrar a Miguel y a Herby.
–Debo preguntar ¿Cuántos ponys se han encontrado?– Preguntó Noir caminando con su grupo– Nosotros ya devolvimos a uno que parecía el duende verde.
–Nosotros a Rhino y perdimos a Buitre por ahí– Explicó Ben señalando hacia atrás.
–Nosotros a electro– Dijo Pav caminando ya cansado.

Un fuerte estruendo se escuchó, una enorme figura pasó por el cielo y rompió una de las ventanas del hotel. El caballo azul con alas metálicas regresaba y bajaba a gran velocidad.

–¿Están de acuerdo en que ya no hay piedad, estamos hartos, queremos ir a casa y le vamos a dar una brutal paliza a cualquier cosa que se nos atraviese?– Preguntó Ben apretando el puño.
–Al fin todos podemos estar de acuerdo contigo en algo– Dijo Gwen viendo la gran amenaza que se acercaba en picada.
–Yo nunca estoy de acuerdo– Habló Hobie y suspiró con molestia– Pero hay que darle una paliza.

Y todos saltaron al unísono. Pensaban lo mismo, trabajaban como un conjunto bien entrenado. Tres golpeaban de distintos lados, tres tejían una telaraña alrededor del pony. Lo habían encerrado en una burbuja y luego todos golpearon salvajemente. El caballo ya solo tenía sus alas naturales, algo mayugadas.

–Tranquilos, tranquilos, hablemos, yo invito el tostón de mota– Se reía el pony con voz de señor drogadicto y levantaba las manos.

Y le dispararon. Ya solo quedaba uno en algún lugar. Cómo si fuera un milagro, un relinchido se escuchó proveniente del hotel.

SILK HEART - MIGUEL O'HARA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora