YUANFEN, MI SALVACIÓN

Capítulo 20: Estrellas binarias.

—Hola Thomas —la voz del capitán suena dura y fuerte tras la línea —. Llevarte a mi hija fue un error, pero ir en busca de mi hijo ha sido tu sentencia de muerte.

—Señor, mi sentencia de muerte empezó el día que nací ¡No me das miedo!

Sin darme cuenta, Lauren me quita el teléfono de las manos, con la cara roja por la rabia.

—¿Dónde estás? ¿Has drogado a tu hija, en serio? Me esperaba muchas cosas de ti, papá... pero jugar con la vida de Vaiolet, jamás.—la secuencia de preguntas sale disparada sin dejarle espacio para responder y esto me demuestra que él no está en su bando, con lo que automáticamente lo coloca en el mío y se une al grupo, aumentando así mi propósito final.

La ubicación del teléfono ya es conocida cuando se establece una llamada, incluso desde que el teléfono se registró en la red, sin necesidad de realizar dicha llamada. El punto importante, es que el servicio que utilices para rastrear está directamente conectado con la red SS7 basada en una función de rastreo en tiempo real. La red SS7 es una base de datos de números telefónicos la cual contiene los detalles asociados a ese número. De esta forma descubrimos que el Capitán se encontraba en Miami, demasiado cerca para esperar mucho más en marcharnos.

Tracé un nuevo plan y llamé a Walls desde un teléfono prepago nuevo. Cuando escuché la voz de Vaiolet, el mundo se tambaleó literalmente y la necesité. Quería abrazarla y disculparme por cómo había actuado, pero no era nuestro momento y tampoco quería poner todo en peligro.

Lauren y yo continuamos el camino hasta casa, pero está vez ambos teníamos una misión conjunta. Por fin tenía el diario de la vida de Vaiolet a mi lado y no quería desperdiciar la ocasión para dar sentido al informe clínico que leí hace muchas semanas atrás, cuando todo era más sencillo y Vaiolet un rompecabezas divertido.

—Necesito una aclaración —conduzco a una velocidad media, no quiero llamar la atención de la policía.

—Imagino que tendrás muchas, ¡Dispara! —Sonríe reclinando el respaldo del sillón hacia atrás.

Debo reconocer, que el Lauren simpático me cae bien.

—Realmente no, pero me gustaría poder entender porque Vaiolet me miente —sus ojos marrones se dirigen hacía las manos y luego vuelven a mí.

—¿Por qué crees que te miente? —suelta más comprensivo de lo que pensé al empezar.

—Ella me dijo que su madre había muerto y cuando leí su historia clínica indicaba que su madre la había abandonado con 4 años y que estuvo desaparecida hasta los 7 —trago saliva y aprieto los puños con fuerza al recordar.

—Vaiolet no miente. El documento del que hablas se redactó por seguridad para que los médicos no sospecharan. Yo era muy joven, pero sé perfectamente a lo que se dedicaba mi familia y nunca he querido estar involucrado, pero Vaiolet, no tuvo la misma suerte. Estuvo en demasiadas fiestas del capitán mientras mi madre estaba enferma en casa sin poder hacer nada más que esperar a que llegara sin un rasguño. Vaiolet no lo recuerda porque era muy pequeña, pero ha visto demasiado y pasó muchos años sin escolarizar, por ese motivo inventaron esa historia. Posterior, Vaiolet se quedaba en casa cuidando de mamá, hasta que murió. El resto imagino que ya lo sabes.

—¡Joder! Entonces, ¿no está...loca? —ahora todo tiene una explicación y tengo sed de venganza.

—Vaiolet no está loca, tiene trastorno de la personalidad vulnerable debido a un episodio muy traumático para ella. Además padece depresión y por esta causa ha intentado quitarse la vida tantas veces. Es muy difícil vivir con una persona que pende de un hilo constantemente. Una palabra, un gesto, una emoción mal gestionada y ¡Pum! vuelta a empezar. Por eso me marché, no pude más con la presión y, aunque intenté ser su salvador, no supe hacerlo. Simplemente me rendí —escucharlo hablar de esa forma tan sosegada me tranquiliza, al saber que tiene alguien en su familia que la quiere de verdad, aunque también necesite un tiempo para recomponerse.