Capítulo 12: Alas de ángel

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VAIOLET

Bajo con cuidado por unas ramas adheridas a la fachada. Jhonas da un último salto logrando llegar al suelo sin hacer ruido.

Intento hacer lo mismo, pero la comparación entre Spiderman y una garrapata es lo que nos diferencia, debo parecer ridícula agarrada a estas hojas debiluchas.

-¡Salta! -susurra Jhonas.

-No puedo, de verdad que no.

De pronto tengo miedo y ganas de llorar o ganas de llorar y miedo, no puedo pensar cuál va ganando.

-Vaiolet, esto es solo el comienzo, solo un salto. Créeme, lo que nos espera ahí fuera sí que da miedo.

-Deberías plantearte un futuro como animador... -suelto frustrada y enfadada.

Acabo de marcharme de mi casa, después de ver una escena de lo más terrorífica. Mi padre y mi tía, uf por favor, no puedo ni pensarlo, y a Jhonas se le ocurre una forma muy extraña de motivarme.

Decidida o no, voy a saltar. Tengo que empezar a practicar mi nueva yo, y para ello debo armar mi cuerpo con un escudo que aún estaba fabricando, pero como diría Confucio El mejor camino comienza con los primeros pasos.

-Ya está -Sacudo las manos y sonrío a Jhonas en un intento de parecer valiente, o al menos tener un mínimo de dignidad.

-¿Qué has visto? - Lee mis ojos.

-Algo que jamás voy a quitarme de la cabeza -asiente sin preguntarme nada más.

Caminamos durante más de media hora en la oscuridad, bajo el silencio de la noche. Jhonas observa todas las direcciones como si alguien fuera a atracarnos. Yo solo consigo centrar mis ojos en el asfalto de la carretera y seguir sus pasos, ya que aún no he descubierto los míos.

-¿Tenemos un plan? -pronuncio al final.

Jhonas me mira y afirma, pero sé que es mentira. Coge un teléfono móvil que tenía en el bolsillo de la sudadera y espera a que alguien conteste.

-Walls, necesito ayuda.

-No, solo un lugar donde quedarnos.

-¿Quién va a ser?, Vaiolet-responde enfadado, cómo sí su amigo tuviera que saber con quién está.

-Ya lo sé, ¡Joder!. Si, si le llamaré -Cuelga más cabreado que antes.

-¿Qué pasa? -pregunto, pero no sé si es una buena idea.

Realmente no conozco a Jhonas fuera de las paredes del Psiquiátrico.

¿Tiene más familia aparte de la ya nombrada?

¿Una casa a la que regresar?

Antes de ingresar en el centro, tendría que venir de algún lugar.

-Aún no tenemos sitio, espera -hace un gesto con la mano.

-Eh Mush, ¡Qué pasa!, mira necesito un hueco para dormir hasta el lunes. ¿Enserio? ¡Genial! Gracias amigo -aunque sus palabras parecen felices, no lo son, algo me dice que no quiere ir a ese lugar.

-¿Mush?, ¿Ese no es el tío con el que te peleaste en el bar? -comento sin entender nada

-Si -responde sin más.

Continuamos caminando durante dos horas, quizás sea durante 3 o 4... He perdido la noción del tiempo y no aguanto los pies, pero lo peor que llevo es la actitud de Jhonas.

Está enfadado, soltando maldiciones sin que apenas pueda escucharle. Hasta el punto que no me atrevo a preguntar qué pasa, aunque está claro que no tener un plan es lo que le está agobiando.

YUANFEN, MI SALVACIÓN Where stories live. Discover now