[82] Planes

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Después de aquella pequeña negociación de cumpleaños y para la carrera de Francia, Charles y yo la pasamos casi toda la tarde en el yate porque no lo vería por casi una semana... lo que es bueno, Charles puede hacer sus cosas de piloto y yo puedo... encontrar algo para hacer. Tengo que terminar de leer el libro antes del fin de semana y entregar el informe.

Apenas es el segundo libro que me han enviado para trabajar y el contacto de Daisy dijo que estaba bien mi primer informe, pero aun así no quiero confiarme demasiado. Quiero intentar que sea algo medianamente estable... al menos así podría conseguir dinero por mi cuenta y no tendría que vivir en base a comida que la mama de Eric prepara para mí o comida que Charles quiere quemar. Pero esto es bueno. Mónaco es bueno, es aire fresco y... no lo sé, solo es bueno.

— ¿Ya puedo abrir tu regalo? — le pregunto a Camille una vez que contesta mi llamada. Aunque es mediodía aún, ella contesta desde el campus de la universidad por lo que puedo reconocer detrás de ella

— Hola, Camille ¿Cómo estás? ¿Cómo fue tu semana? ¿Qué tal tu vida aburrida en Londres porque mi nueva vida en Mónaco es increíble? — responde ella con sarcasmo y suspiro

— Tengo tu regalo desde hace días, quiero abrirlo — señalo fingiendo estar molesta

— Oh sí, porque en estos días estuviste tan aburrida sin nada que hacer ¿no? Nada excepto pasar el día en el yate de Charles — responde ella riendo — Anda, abre el regalo — añade dándome permiso y sonrió emocionada apoyando el teléfono sobre la mesa para poder tomar el paquete — Entonces... ¿Como la pasaste con Charles en su increíble yate? — pregunta y me detengo a medio abrir el paquete para mirarla

— ¿Cómo sabes que pase el día con Charles? — pregunto con cautela, aunque rápidamente me retracto — Olvídalo, ni siquiera sé porque lo pregunto a esta altura — añado y Camille suelta un suspiro ante mi molestia

— Pues, si te sirve de consuelo salías bonita en las fotos — responde ella, pero no, no me sirve de consuelo — Los comentarios dicen que Charles se ve tan feliz — señala ella y lo pienso

— Si... él estaba feliz — digo recordando la mañana de ayer — quiere que vaya a la carrera de Francia con él y que pasemos mi cumpleaños ahí — le cuento y ella parece gratamente sorprendida

— Bueno... poco a poco está logrando que salgas de tu encierro, o al menos que salgan juntos en público — señala ella y asiento lentamente — Eso es bueno, Liv... además, seamos honestas, amiga. Estas completamente perdida por Charles, así que no sé porque finges que es un problema estar con él

— Porque apuesto que solo me cuentas los comentarios lindos y si entrara ahora a leer comentarios estoy segura de que todos no serían tan bonitos — respondo más seria

— ¿Y qué es más importante? ¿Lo que Charles siente por ti o lo que la gente, que no te conoce, piensa sobre ti? — me pregunta

Sé la respuesta... solo que se siente como si una opción estuviera ligada a la otra. Quiero decir que lo que importa es lo que Charles siente por mi porque recuerdo el día de Wimbledon y como inconscientemente tomaba mi mano para luego soltarla cuando volteaba a verlo. Parte de mí se arrepiente de no haber tomado su mano de todas formas, porque... no sé, solo quería tomar su mano.

— ¿Vas a ir entonces? — pregunta llamando mi atención — a la carrera de Francia — aclara y asiento

— Lo negociamos, aunque dijo que no soy buena negociando — me quejo

— ¿Por qué?

— Porque acepte ir todos los días a su garaje al menos una sesión al día y quedarme con él en el hotel — respondo y noto como ella intenta esconder una sonrisa — Dijo que habría aceptado que solo me quedara con él en el hotel

Mon Amour » Charles LeclercWhere stories live. Discover now