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"El olvido es como una herida. La herida puede sanar, pero ya ha dejado una cicatriz."
➳ Grace Field House, un maravilloso orfanato, cálido y repleto de sonrisas bajo el control de una amable y querida cuidadora.
Sin embargo, secret...
"¡Mirar! Ya estamos en A07-36, entonces A08-63 está cerca." Dijo Emma mostrando la proyección del bolígrafo a sus dos amigos.
"Parece que llegaremos mucho más antes de lo que pensamos, qué alivio." Habló ahora Alyssa, Ray limitándose a sonreír ante las chicas.
Ellos estaban totalmente exhaustos y el hombre no hacía más que dejar trampas mortales a los pequeños, sin embargo, estos últimos momentos permanecía tranquilo.
¿Acaso se había dado por vencido?
¿O quizás planeaba algo para mañana, en Goldy Pond?
Esos pensamientos inquietaban de cierta manera al pelinegro, quien no bajaba su guardia en ningún momento.
"Alyssa, Emma, debemos hablar sobre algo." Pidió el chico, volteando ligeramente en dirección a las contrarias.
"¿Hmm? ¿Qué cosa?" Preguntó la de hebras rosáceas antes de ser interrumpida por la otra chica.
"¡Tadah! ¡Hoy conseguí más comida!" Exclamó alegremente la de cabello anaranjado, mostrando diversas uvas en sus manos.
"¡Woah! ¡Has mejorado!" Comentó Alyssa junto a una sonrisa.
"Parece que ya puedes identificar alimentos comestibles aquí en el bosque." Indicó Ray frenando su paso.
"Aunque sigue siendo algo complicado capturar animales, no es lo mismo que en el bosque tras la granja." Suspiró algo abatida Emma inclinándose para formar una hoguera.
"¿En serio? Entonces iré a probar yo, a ver si hay suerte." Dijo la de cabello rosado, dejando su mochila de lado mientras colocaba sus manos sobre sus caderas.
"Vi algunas lajartijas en la zona rocosa pero..."
"¡Bien! ¡Ya vuelvo!" Interrumpió de pronto la chica, alejándose sin dejar que los demás soltasen una palabra más.
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"¡¿Qué diablos?! ¡¿Cómo conseguiste tantos?!" Exclamó incrédulo Ray, contemplando como la espada de Alyssa estaba repleta de lagartijas clavadas en esta.
"¡Es genial!" Alabó Emma junto a una feliz expresión en su rostro mientras la contraria se sentaba junto a ellos frente a la hoguera.
"Debiste ir tú en un principio." Opinó el pelinegro agarrando los animales muertos con tal de prepararlos.
