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"El olvido es como una herida. La herida puede sanar, pero ya ha dejado una cicatriz."
➳ Grace Field House, un maravilloso orfanato, cálido y repleto de sonrisas bajo el control de una amable y querida cuidadora.
Sin embargo, secret...
La luz del sol fluía a través de las hojas, iluminando cada hueco.
El bosque abarcaba tanto el horizonte que parecía fundirse con el cielo, las copas de los árboles, altas y frondosas, formando un dosel verde que filtraba un ligero destello solar el cual creaba un juego de sombras y luces en el terreno.
El clima era algo fresco y la brisa removía con cuidado todas y cada unas de las hojas de las ramas.
A medida que el grupo de fugitivos avanzaba, sus zancadas enérgicas y decididas les permitían sortear los obstáculos del terreno con cierta agilidad.
El sonido de sus pisadas resonando en el suelo boscoso se entremezclaba con el suave susurro del viento entre las hojas y el canto de los pájaros que habitaban en el lugar.
"¡¡Son enormes!!" Exclamó un Don asombrado ante la imponente presencia de tales árboles.
Alyssa, por otra parte, mantenía un suave brillo en sus ojos a medida que examinaba el bosque donde se encontraban.
El tamaño de los troncos era colosal, sin compararse siquiera a las ilustraciones y dibujos que contenían los libros en su antiguo hogar.
"¿Huh? ¿Necesitan ayuda?" Preguntó la de hebras rosáceas contemplando como Emma y Don trataban de ayudar a todos los niños traspasar una enorme roca, el moreno asintiendo ante su petición.
"Emma, ¿sostienes tú la brújula?" Dijo ella de nuevo, ahora en dirección a la de cabello anaranjado.
"Sí, por ahora avanzaremos hacia el sud lo máximo posible." Respondió la chica sosteniendo la brújula en sus manos.
"Está bien..." Murmuró Alyssa, sin embargo, su atención fue inmediatamente distraída ante los jadeos cansados y bostezos somnolientos de los niños.
"Estamos perdiendo el ritmo." Dijo la de orbes azules agarrando las mochilas de los más menores con tal de facilitarles el trayecto.
"Cierto, y lo peor de todo es que el suelo del bosque es muy difícil de atravesar." Habló ahora Emma, bajando su mirada algo pensativa.
"Bueno, entonces..." Alyssa frenó su paso desde el frente, ganándose las miradas de todos los presentes, quienes imitaron su acción.
"¡Tomaremos un descanso!" Exclamó la de cabello rosado, dejando las mochilas frente a un par de rocas.
"¡Genial! ¡A desayunar, chicos!" La siguió una alegre Emma, obteniendo sonrisas aliviadas y felices por parte de los contrarios.
