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"El olvido es como una herida. La herida puede sanar, pero ya ha dejado una cicatriz."
➳ Grace Field House, un maravilloso orfanato, cálido y repleto de sonrisas bajo el control de una amable y querida cuidadora.
Sin embargo, secret...
Sentada sobre una silla, se encontraba Alyssa, su cuerpo dócilmente relajado sobre el respaldo mientras su mirada escaneaba con cuidado su alrededor.
Se podía observar un ambiente iluminado de manera adecuada y ventilado para proporcionar una sensación agradable.
Las paredes estaban pintadas de colores suaves y relajantes, con decoraciones sencillas y elementos funcionales. El aroma a limpieza y desinfección inundando sus fosas nasales.
Dirigió su mirada hacia una mesa a su lado, seguidamente una estantería llena de medicación... Y finalmente a Isabella.
"Alyssa, cariño, ha llegado la hora de tu medicina." Murmuró la mujer mientras sostenía un paquete de pastillas en sus manos, acercándose junto a una sonrisa a la niña.
Agarrando con cuidado el paquete, la de cabello rosado posicionó la pastilla al interior de su boca sin pensarlo dos veces.
Ya estaba acostumbrada y no se molestó siquiera a tragarla con ayuda de agua.
"Déjame ver, abre tu boca." Se inclinó la adulta, comprobando que la niña haya tragado la pastilla con éxito.
"La tragé, mamá, no tienes por qué preocuparte." Murmuró gentilmente la contraria, causando una sonrisa por parte de la mayor.
"Está bien, tan solo lo hago por tu bien y lo sabes... Ahora ya puedes salir a jugar con tus hermanos." Indicó la mujer alejándose unos metros de ella.
"¡De acuerdo! ¡Hasta luego mamá!" Se despidió alegremente la de cabello rosado, abandonando la enfermería mientras caminaba a través de un largo pasillo.
A medida que avanza por el pasillo, su andar se volvía más suave y ligero, frenándolo por completo al encontrarse frente al servicio.
Entrando con cuidado de no realizar ningún ruido, la chica acercó su rostro levemente en dirección al desague.
Tras posicionar un par de dedos en el interior de su boca, hacia la garganta, apretó suavemente un punto con tal de hechar un líquido.
El sonido retorcido del vómito llenaba el aire, acompañado por pequeños gemidos de disgusto, no obstante, estos eran apenas audibles.
Después de unos pocos segundos, el sonido desapareció, y fue entonces que Alyssa elevó su rostro en dirección a un espejo.
"Me veo pésima." Murmuró intentando formar una sonrisa.
