Capítulo Treinta y tres.

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—¡No puedo creer que Taehyung me haya echado de cabeza! –Jimin finge indignidad mientras se tumba en el sofá más cercano en la sala de Min.

El pelimenta se encoge de hombros luciendo totalmente satisfecho cosa que desagrada en definitiva al rubio. Yoongi se tumba a su lado, encendiendo el televisor de paso.

—Eso demuestra que en la única persona con la que puedes confías, es en mí.

—Sí, claro –ironiza mientras rueda los ojos y se cruza de brazos.

Le parecía totalmente hipócrita esa frase, sin embargo decide dejarlo pasar y concentrarse en el programa que Yoongi había puesto, algo sobre un documental de asesinatos. Mientras tanto, Min pasa un brazo por al rededor del cuello contrario, atrayendo al rubio hacia su hombro, obligandolo a permanecer ahí.

Sonreía con orgullo por su gran asaña, al fin podría volver a lo que tenía con el rubio antes de que Kim llegara a sus vidas; un noviazgo más tóxico que el actual, cabe recalcar.

—Te veo muy feliz ¿Qué tienes? –pregunta totalmente desinteresado mientras analiza el rostro sonriente del mayor. Este se encoge de hombros antes de plantar un beso casto en sus labios y no quitar la vista de la televisión. Jimin disimula una mueca de inconformidad.

—Solo estoy feliz, las cosas salen como yo quiero.

—¿A qué te refieres? –se sienta correctamente, apartándose de Yoongi.

—Estás como siempre he querido, a mi lado sin ningún hijo de puta que te esté carcomiendo la cabeza.

—¿Hijo de puta? –frunce el ceño completamente molesto —¿Te refieres a Taehyung? —Yoongi asiente mirando al fin a los ojos del menor. La televisión de fondo.

—¿Hay alguien más?

Sí, tú maldito ser despreciable. Piensa Jimin, en cambio solo aprieta los labios y apartada la mirada de la contraria, evitando así una discusión. El pelimenta tuerce una sonrisa volviendo su atención al aparato plano y dando paso a un calmado momento para Yoongi y uno totalmente incómodo para Jimin.

Sentado en el sofá de los hermanos Kim y estando totalmente a la mercer del pequeño, Jungkook corresponde cada uno de los besos dados por Taehyung, quien se encontraba sentado en su regazo

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Sentado en el sofá de los hermanos Kim y estando totalmente a la mercer del pequeño, Jungkook corresponde cada uno de los besos dados por Taehyung, quien se encontraba sentado en su regazo. Jungkook siendo el de la razón al no dejarse llevar por el menor, pues éste se encontraba ansioso de llevar los besos suaves a unos más cachondos.

Lamiendo el labio inferior del menor, Jeon sostiene fuertemente las caderas del otro cuando siente como estas empiezan a removerse en un acto mucho más íntimo, y sin duda, eso lo prende, mucho. Sin embargo, a sabiendas de que en cualquier momento Kim Namjoon llegaría del trabajo y llegase a tener la desdicha de ver a la pareja en paños menores, hacen que su razón se encuentre en alerta y detenga cualquier cruce de intimidad que Taehyung esté dispuesto a llegar.

Tigrecito || KooktaeWhere stories live. Discover now