Capítulo Diecisiete.

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Al escuchar el timbre ser tocado, Jungkook permite que sus alumnos se retiren del aula

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Al escuchar el timbre ser tocado, Jungkook permite que sus alumnos se retiren del aula. Tras echar un vistazo de que lo hagan de manera ordenada, se acerca a su escritorio en busca de su teléfono, el cual había escuchado vibrar hacia unos minutos.

Arrugando la nariz, se sienta en la silla y mira el mensaje desde la barra de notificación, y sonriendo pequeñamente, se dispone a entrar al chat de su alumno favorito.

LindoJeon💚

¿Podrías venir?

Suspirando, envía el mensaje mientras se recarga en la silla y pasea su vista por todo el aula ahora vacío. Los alumnos tenían quince minutos para hacer sus necesidades y entrar a la siguiente clase, por lo que las aulas quedaban solamente con los profesores correspondientes a la asignatura.

Su teléfono vibra haciendo que fije su mirada en el mensaje llegado, recibiendo una afirmación por parte del menor. Y bien, eso hace que se ponga un poco, solo un poco nervioso, pues recuerda que le tiene un detalle en donde debería ser su pupitre para esa hora que tenía con él. Así que, apurado, se acerca a la puerta para cerrarla y caminar entre los asientos de cada alumno hasta llegar al que tenía en mira. Abriendo la paleta, saca el pequeño regalo que había guardado, checando si todo estaba en orden, al percatarse que no había nada mal con él, se gira de regreso a su asiento.

—Tú tranquilo, solo hablaras con él y le darás el regalo antes de que se vaya... y si te va bien, capaz y recibes un beso.

Dejando el regalo en su escritorio a un lado de su bolso, escucha como tocan la puerta tras un pequeño murmuro pidiendo entrar, a lo que, metiendo sus manos a los bolsillos del pantalón, Jeon se acerca tratando de controlarse.

¿Cómo un chiquillo  tan precioso lo puede poner así?  Por todos los cielos, él ya era un hombre no un chico hormonal que se trababa cada vez que se topaba con su amor imposible. Debe de controlarse.

Tomando el picaporte y soltando un suspiro, se atreve a abrir topandose con el precioso castaño tras la puerta; este se encontraba igual o peor que Jeon en cuanto a los nervios.

—Hola, profesor –tímidamente salida, dándose paso en el interior, una vez que se aseguró que nadie lo veía entrar al aula. Cosa que no fue dificil, pues durante ese tiempo de descanso, los estudiantes preferían estar en el patio o cafetería y no en los pasillos.

—Me tenias preocupado, pequeño –decide hablar tras haberlo hecho pasar y dirigirlo hacia el asiento frente a su escritorio.

–Yo-yo lo siento, mi hermano no me despertó está mañana, así que, se-se me hizo tarde para llegar a su clase.

—Un mensaje no habría caído mal.

Sintiendo sus mejillas arder, Tae observa como Jeon toma asiento en el escritorio, quedando frente a él y haciendo que el castaño trague pesado al ver la pose que el hombre había adoptado. Jeon se había recargado en el escritorio con sus manos hacia atrás y sus piernas extendidas estando cruzadas, dejando al aire su fornido pecho y muslos duros. Su rostro, Cielos, su rostro tornándose serio con facciones marcadas, hacían que el castaño se derritiera y quisiera lanzarse a besarlo.

Su cuerpo es bellísimo.

—¿Pequeño?

Tras escuchar el llamado, Tae baja la mirada hacia los zapatos bien pulidos del hombre, evitando torpemente que sus mejillas sonrojadas sean notorias por el mayor.

—¿Por qué no me miras eh? –y ahí estaba el Jeon Jungkook de quien se había enamorado, ese hombre de carácter fuerte, aura intimidante y mirada penetrante.

—M-me pone nervioso, lo sabe –Jeon suelta una risa.

—Lo sé... y no sabes cuánto me gusta saberlo y notarlo.

Jeon cree que es suficiente cuando ve al chico temblar y morder sus labios con tanta fuerza, como queriendo reprimir algo de su interior. Asi que, decidido y no aguantando más, sonríe altaneramente antes de inclinarse y dejar un suave beso en los contrarios, sacándole un suspiro ahogado al castaño.

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-AnnieLsTk.

Tigrecito || KooktaeWhere stories live. Discover now