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No fue difícil encontrar al resto del grupo, los cuales cabe recalcar que no recuperaron las motocicletas. Genial, tendríamos que ir caminando hasta Auradon. Jay apretó el botón de la barrera y esta se abrió. Una fuerte corriente eléctrica traspasó todo mi cuerpo cuando estuvimos del otro lado.
— Vaya, esa cosa si te hace ver como Hades. — comentó Evie viendo a mi amiga con las brasas.
Íbamos caminando lentamente mientras la barrera se cerraba detrás de nosotros cuando de repente oímos un ruido y tres cuerpos cayendo.
— ¡Lo logramos, hermano! —
— ¡Lo hicimos! — festejaron Gil y Harry abrazándose con una sonrisa.
— Que sea la última vez que me hacen caer así, par de idiotas. — se quejó una voz detrás de ellos. Liv. — Ay no. Tu cara otra vez. — agregó viéndome con seriedad.
Sí. Sigue odiándome al parecer.
— Hola, chicos. Solo vinimos por otra visita. — saludó el hijo de Garfio intentando pasarnos. Los chicos se interpusieron y pude ver a Harry mirarme por arriba del hombro de Jay.
Todos comenzaron a forcejear, incluso Mal con las brasas en la mano. Las cuales fueron a parar al agua en menos de un segundo.
— ¡No! — gritamos ambas mientras me acercaba a la orilla del puente, quedando así cerca del pirata. Sentí un escalofrió cuando sentí el dorso de su mano chocar levemente con la mía. Rápidamente me alejé.
Antes de que las brasas llegaran a hundirse un tentáculo la envolvió. No hizo falta que dijéramos quién era, sin embargo sus amigos y prima exclamaron su nombre.
— ¿Se te cayó algo? — preguntó la hija de Úrsula. Estaba bastante cambiada y con un nuevo look que, debo decir, le quedaba genial.
— No se pueden mojar. Devuélvelas antes de que se apaguen. — pidió Mal causando la risa de la villana, quien se sumergió en el agua.
— Genial. Adiós a las brasas. — espeté molesta.
De repente un tornado se comenzó a formar en el agua, era Uma quien planeaba emerger a la superficie junto a todos nosotros. El agua salpicó por todos lados y Jay se acercó a protegerme para que no me mojara y terminara convertida en sirena. Harry le dedicó una mirada molesta.
— Hola, chicos. — saludó la chica.
— Bienvenida de vuelta. — recibió el hijo de Garfio acercándose a ella.
— Uma, te fuiste nadando y te olvidaste de nosotros. — reprochó Gil.
— Y me dejaste con estos idiotas. — siguió Liv cruzada de brazos mirando a su prima.
— Si, seguro planeabas una venganza. — agregó la hija de Maléfica.
— No todo es acerca de ti, Mal. Estaba buscando un hueco en la barrera para dejar salir a todos. — informó. — ¿Y saben qué encontré, chicos? Que el exterior es mucho mejor de lo que pensábamos. Hay una cosa que parece una roca peluda que se llama coco. Y hay peces tan grandes que puedes bailar sobre su lomo. Pero eso ya lo sabias, ¿cierto primita? — cuestionó mirándome. — Y todo eso se lo tenían guardado para ellos. — acusó.
