CAPÍTULO III

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          Habían pasado horas desde que nos habían secuestrado y atado a los mástiles del barco, Ben estaba en la otra punta por lo que yo estaba completamente sola y aburrida

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          Habían pasado horas desde que nos habían secuestrado y atado a los mástiles del barco, Ben estaba en la otra punta por lo que yo estaba completamente sola y aburrida. 

          Cerré los ojos mientras sentía como la suave brisa que corría hacía que mi pelo volara. El olor a arena y agua salada entró por mis fosas nasales y por un momento sentí que estaba en casa. Mi ensoñación se esfumó cuando sentí unos pasos acercarse a mí y abrí los ojos para ver de quién se trataba. Harry venía acompañado de dos chicas las cuales supuse que eran Uma y Liv, por lo que me puse a la defensiva.

— Ya decía yo que había olor a pescado. — dijo con asco la chica de pelo casi rojizo.

— Cállate Liv. — retó la otra muchacha que supuse era Uma. — ¿Te gustó el paseo por la Isla, princesita? — preguntó la capitana del barco de manera despectiva. Yo no respondí.

— ¿A que vinieron tú y tus amigos? — interrogó Liv amenazadoramente. Volví a hacer silencio. — ¡Responde! — gritó un poco más alterada.

— De acuerdo, ya que no hablas... — espetó Uma y me desató del mástil pero mis manos seguían inmovilizadas por las sogas que seguían en ellas. De un momento a otro estaba sobre una tabla que salía del barco con una espada apuntándome. — ¿Si te dejo ir serás buena chica y me traerás la varita del Hada Madrina? — cuestionó la capitana mientras que su prima me apuntaba con una sonrisa en su cara. 

          Harry estaba unos pasos más lejos mirando expectante la situación. Pensé en un millón de maneras para escapar y ayudar a Ben pero solo una se me ocurrió y cuando quise acordar ya estaba sumergida en las aguas. 

— ¡Estúpida niña! — exclamó enojada Uma. — ¡Tráela, Harry! — le gritó la jefa a su primer oficial y sentí como unos brazos me agarraron y me sacaron a la superficie.

— La próxima vez que salte debería asegurarse de no tener las manos atadas para poder nadar, alteza. — habló sarcásticamente el muchacho de ojos azules y yo me digné a mirarlo a la cara. — Podrías haberte ahogado. ¿En qué diablos pensabas? — interrogó serio como si de verdad le preocupara el que me hubiera podido ahogar.

— Soy una sirena, imbécil. No me iba a ahogar. — contesté enojada. 

          En ese momento había olvidado todos mis modales de princesa y estaba sumamente enojada por mi intento frustrado de escape. El chico miró hacia mis piernas y pudo notar que en lugar de ellas había una cola, sorprendido volvió a mirarme a la cara mientras me seguía sosteniendo en sus brazos. Pude ver la duda en sus ojos cuando miro hacia tierra firme. 

— Mis piernas volverán ni bien toque tierra. — comenté y él pareció aliviarse. — Pero deberías conseguirme algo de ropa. — agregué con vergüenza, después de cada transformación mi ropa era reemplazada por la cola y un corpiño de almejas.

BAD LOVE, harry hook ❥ descendantsTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon