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El día finalmente había llegado. Hoy iríamos a buscar a los chicos y chicas que habían sido elegidos para venir a Auradon. Estaba muy emocionada por el hecho de que el proyecto estaba funcionando de la mejor manera y sólo podía pensar en a cuántos otros hijos de villanos podíamos ayudar a tener otra oportunidad.
Por la mañana me había despertado muy temprano culpa de los nervios que no me habían dejado dormir en toda la noche. Al mediodía almorcé con mi madre y mi padre, quienes habían venido de visita por el compromiso de mi mejor amigo. Sí, Ben le pediría matrimonio a Mal en unos cuantos minutos.
Me encontraba hablando tranquilamente con Evie y Doug cuando mi madre se acercó a nosotros avisándonos que la pareja ya venía.
— Aquí vienen, prepárense. — dijo Ariel con emoción mientras su esposo se posaba a su lado con una mano en su cintura.
— ¡Ahora! — pronunció Doug y la banda comenzó a tocar mientras mis amigos caminaban saludando a todos los ciudadanos de Auradon que habían concurrido.
— ¡No! —
— ¡Hasta ahí! — exclamamos el Hada Madrina y yo al ver a Mal querer bajar del escenario. La de pelo violeta alzó sus manos en señal de defensa y con una sonrisa se quedó quieta en su lugar.
— Llevamos preparando esto por semanas, y casi lo bibbidi bobbidi arruina en un segundo. — me susurró la madre de Jane causándome una leve risa.
Una vez todos acomodados en sus lugares me acerqué a entregarle un micrófono a Ben para que pudiera hablar. Él me agradeció y yo volví a mi lugar junto a Evie y mis padres.
— Auradon, ¿cómo están? — preguntó el Rey recibiendo vitores de la gente. — Les agradezco mucho por venir a recibir a nuestros nuevos huéspedes. Pronto estarán aquí. — anunció.
— Ni que pudiéramos evitarlo. — oí decir a una voz detrás de mí.
Pude ver a la abuela de Audrey con cara de disconformidad. La Reina Leah, madre de la bella durmiente, seguía resentida con los villanos; incluso había tenido un pequeño altercado con Mal cuando recién llegaba a Auradon. Por un lado la entendía, debe haber sido difícil que tu hija crezca lejos de ti por culpa de una maldición.
— Funcionó muy bien con los primeros cuatro. —mencionó Ben haciendo referencia a Mal, Evie, Carlos y Jay.
— Sí, en especial para ti. — comentó con gracia Chad. Le dediqué una mala mirada para que se callara a la vez que Audrey lo retaba.
— No me divierte. — dijo ella con seriedad.
— Mal, este es el lugar exacto en el que nos conocimos no hace mucho. — comenzó a decir mi amigo mientras tomaba de la mano a su novia. — Es como si te conociera de toda la vida. ¿Te he mencionado que me enamoré de ti? — cuestionó alejándose un poco con una sonrisa.
