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Sonreí por última vez a los fotógrafos que estaban en la alfombra azul luego de responderles un par de preguntas y seguí mi camino. La música sonaba por todo el barco, el cual aún se encontraba amarrado al muelle esperando que los últimos invitados aparecieran.
Bajé con cuidado las escaleras y me acerqué a la orilla del navío para observar la oscuridad del océano en la noche. A lo lejos podía verse la Isla de los Perdidos. Un suspiro involuntario se me escapó al pensar en el hijo del Capitán Garfio.
— ¡Melody! ¡Te ves encantadora, cariño! — exclamó la madre de Jane al verme.
— Gracias, Hada Madrina. Usted también se ve muy hermosa. — halagué. Recibí una sonrisa de su parte.
— Jane y Carlos te estaban buscando. —informó señalándome por dónde se habían ido. Agradecí y me dispuse a buscarlos.
Estuve charlando un rato con ellos, luego se nos unieron Evie, Doug, Lonnie y Jay. Las chicas fueron muy amables al ofrecerme compartir sus citas cuando les mencioné que había venido sola ya que Chad había ido en busca de Audrey. Les agradecí la intención y les aseguré que estaba bien, no necesitaba de un hombre para pasarla bien esta noche.
Luego de saludar a los padres de Ben oímos como sonaban las trompetas y Lumiere llamaba la atención de todos para presentar a mi amiga.
— La futura "Lady Mal". — dijo el alto señor y acto seguido la chica apareció en nuestro campo visual.
— Está hermosa. El vestido es divino, Ev. — halagué mirando a mi amiga peliazul. Mal realmente se veía esplendida.
Los chicos y yo fuimos los primeros en comenzar a aplaudir y alentar por ella, luego todos se sumaron. Ella bajó las escaleras con cuidado recibiendo la ayuda que el padre de Ben le brindaba mientras intercambiaban un par de palabras. Bella la tomó de las manos y le dedicó un par de palabras que logró hacer reír a ambas.
Evie y yo nos acercamos con cuidado a ellos y luego de hacer una pequeña reverencia nos pudimos robar a la chica.
— ¿Cómo estás? — preguntó Ev.
— Además de hermosa. — agregué ganándome una risa de ambas.
— Me siento como si fuera a vomitar. — respondió con nervios. La comprendía totalmente, yo también estaba nerviosa cuando me nombraron parte de la Corte.
— Está bien. Escucha, estamos aquí contigo ¿sí? — dije para calmarla mientras Evie y yo tomábamos cada una de sus manos. Mal asintió un poco más tranquila justo cuando las trompetas volvieron a escucharse anunciando el arribo del Rey.
— ¡Rey Benjamín! — anunció Lumiere.
Vi de reojo el amor con el que Mal lo miraba y sonreí antes de comenzar a aplaudir. Todos los presentes en la embarcación realizamos una reverencia hacia nuestro Rey.
