ꞋꞌꞋ El Sol y la Luna ꞋꞌꞋ

▷ Llamadas

Siempre recurría a la ira a cualquier cosa que le pasara y ese momento no sería excepción, aprieta los puños y como siempre hacía, da un golpe en la pared con toda la fuerza que tiene causando que sus nudillos se pusieran rojos, se había lastimado un poco así que por ahora no sería un problema. O así hubiera sido si es que no hubiera vuelto a golpear la pared, una y otra vez hasta finalmente dar un golpe final. Ahora sus nudillos estaban sangrando.

— Espero que haya vendas extras por ahí... — Arrepentido, está viendo las heridas en sus manos.

Lo pensó una y otra vez mientras se estuva duchando y finalmente había tomado una decisión final. Seguiría ocultando el tema y no era porque fuera un cobarde. Quería olvidarse de él por completo.

Se ha tomado varios largos minutos para terminar de ducharse mientras pensaba en otras cosas o se ponía a cantar. Una vez ha salido se ha cambiado rápidamente, ha vendado sus heridas y se dirige a paso rápido hasta la cocina, ahí se supone que estaría su pareja, iba a inventarse una excusa para explicar el porque ahora tenía vendas en las manos. Al llegar puede ver a la pareja de chicas sentadas en una mesa junto a Sun que estaba charlando alegremente con ellas. El chico de cabellos rubios parecía que tenía un detector y cada vez que su pareja estaba cerca de él se daba cuenta, ha levantado su brazo y lo mueve de un lado a otro saludando a su pareja.

— ¡Moony!

La suave y melodiosa voz de Sun ha hecho que sonriera de manera inconsciente. Se acerca y enseguida toma asiento a un lado de él.

— Te tardaste, te extrañe.

— Estuvimos separados por menos de una hora. — Afirmó el mayor.

— ¡Fue mucho tiempo!

Sunny se ha aferrado al brazo del mayor y empieza a restregar su rostro con éste mismo. Parecía que no estaba bromeando cuando dijo que le había extrañado. Moon da suaves palmadas en su espalda y besa su frente recibiendo como respuesta una risita alegre.

— Bien, ya entendí, puedes soltarme.

— Mmh-mmh.

Eso se escuchó como una respuesta negativa, se ha aferrado aún más a su novio, su mano baja lentamente para poder entrelazar sus dedos con los de Damián, se sorprende un poco por la textura que tenía su mano, es decir... No creía que fuera su mano así que baja la mirada para notar la venda que estaba por toda su mano y terminaba hasta su muñeca.

— ¿¡Q-Qué te pasó!?

— Ah... — Traga saliva en seco, tenía que inventarse alguna excusa rápido. — Ya sabes, solo haciendo mi actividad favorita, golpear la pared.

Todos los que estaban en la mesa se quedaron en silencio. Lyan suspira y se levanta de la mesa en ese mismo instante, ya había terminado de comer y sabía que su pareja apenas llegaba para poder alimentarse con algo.

— Cambiemos de mesa. — Toma el brazo de su pareja. — Gracias por dejar que me sentara con ustedes, chicas. — Diría agradeciéndole tanto a Roxy como a Chica.

Jala suavemente el brazo de Damián indicándole que le siguiera, no dudó en seguir al menor. Ambos se movieron a una mesa un poco alejados de las chicas para poder charlar entre ellos, por lo menos eso era lo que Sun tenía en mente.

— ¿Por qué te pusiste a golpear la pared esta vez?

— Estaba enojado, es todo, ya me conoces.

— Damián.

— Estoy diciéndote la verdad.

No iba a admitir que sintió escalofríos recorriendo su espalda al escuchar su nombre saliendo de los labios del menor con ese tono tan serio. Tenía suerte de que era bueno mintiendo así que por ahora Lyan no se daría cuenta de que el mayor estaba mintiendo.