▷ Compañia

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No habían pasado más de diez minutos.

Lyan ahora estaba nuevamente en la habitación sentado en la silla que ahora estaba un poco más alejada de la camilla, a pesar de que el mayor había tratado de llamar su atención el chico rubio no hacía caso, estaba mirando al suelo y su mente estaba completamente en blanco. 

Ya no sabía que era real y que era mentira. Quería creer que todo lo que estaba pasando era un simple sueño profundo que tenía, que posiblemente el hubiera sido el que rescató a su pareja y ese carro hubiera chocado contra él y ahora mismo estaba en coma o algo parecido. Lo único que quería era tener una buena noticia al día siguiente de que su pareja estaba bien y había recordado todo.

Cierra sus ojos y respira profundamente. Podía escuchar el suave pitido de la máquina que marcaba el ritmo de los latidos del corazón de Damián, era relajante.

La charla que tuvo que en el doctor no había logrado ayudarle en nada. Al inicio se había negado a creer que Damián había olvidado muchas cosas y entre ellas la relación que compartían antes del accidente, pero ahora que había entrado a la habitación el mayor le había saludado con algo de desinterés y después se había volteado a ver a la ventana. Esa fue la prueba definitivamente. Con un gran dolor en el pecho se había sentado y trató de sacar su teléfono del bolsillo de su pantalón sin que se cayera de sus manos algo temblorosas.

"Es idéntico a cuando lo conocí, yo no le agradaba del todo, ¿y si me toma meses en volver a hacer que le caiga bien?"

Supuestamente lo que había dicho el doctor si tenían suerte la amnesia podía llegar a durar hasta 24 horas, si llegaba a pasar más tiempo ya era un poco más grave la situación y tendría que aprender a controlarla. Debían darle tiempo a Moon para que se acostumbrara y no llenarlo con toda la información que antes sabia ya que si no iba a ser una sobrecarga de información y podría llegar a causarle varios síntomas como dolores de cabeza, náuseas y entre otras cosas.

Y el que quería lanzarse a besarlo apenas despertara. ¿Cuánto tiempo tendría que soportar sin estar abrazandolo o besandolo? ¿seguirían durmiendo juntos? ¿Moon dejaría de trabajar ahí? Tenía miedo de obtener una respuesta a todo eso pero a la vez quería saberlo.

Baja la mirada en dirección a su celular y empieza a buscar entre sus contactos. Le había mandado un mensaje a Crystal pidiéndole que si podía estar en el hospital con él en esos momentos, no sabía si tendría una respuesta al instante ya que su amiga seguramente estaría trabajando duramente en la cocina.

— Entonces... Eres Lyan, ¿cierto?

Apaga su teléfono y se queda viendo a la pantalla por un par de segundos antes de levantar la mirada.

— Sí...

— Repito, no sé quién eres pero si estás aquí será por algo, ¿eres mi amigo o algo así? ¿compañero?

"Soy tu novio, seguramente tu futuro esposo y quizás el segundo padre de nuestros posibles hijos."

— Compañero de trabajo, éramos amigos, más que amigos...

— Ah, ¿qué trabajo?

Al parecer el mayor había ignorado por completo eso de "más que amigos", quizás pensaba que era algo así como mejores amigos. Lyan por ahora no iba a insistir en demostrar que era su pareja pero aún así apretaba sus puños algo triste y frustrado por tener que aguantar en decirle todas las cosas que necesitaba saber.

— Trabajamos como asistentes en una guardería, cuidamos a los niños.

— Ugh... Que horror.

Una mueca de disgusto se podía ver en el rostro del mayor, una risita escapa de los labios del chico rubio, se notaba que el contrario en ningún momento estaría feliz con su trabajo de tener que cuidar a niños, no era una sorpresa que el los veía como algo insoportable.

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