▶ Coqueteos

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Éste era un nuevo y agradable día para ambos trabajadores, o quizás no.

Como siempre ambos trabajadores se encontraban acomodando algunas cosas en la guardería ya que se acercaba su hora de descanso, quedaban un par de niños pero no eran problema ya que estaban sentados en una esquina jugando entre ellos.

— ¿En qué estás pensando? — Murmura Moon cerca del oído del solecito, estaba justo detrás de él.

— ¿Ah? ¡oh, nada! Solamente estaba pensando si hacer un show de títeres después de nuestro descanso. — Sunny se había asustado, había dado un pequeño brinco apenas escuchó la voz de su pareja, Moon sonreía victorioso.

— Claro... No me metas en eso, no me gusta hacer ese tipo de cosas. — Decía mientras recogía un par de cosas en el suelo, mientras más rápido mejor.

— ¿Por favor?

— Solamente porque tú me lo pides, pero sabes que soy malo improvisando.

Dicho eso la Luna se había acercado nuevamente a su pareja y dejó un pequeño beso en su mejilla, se alejó de la manera más rápida posible para que el contrario no pudiera regresarle el beso, sabía que eso le molestaba y lo hacía a propósito.

— Tonto, ahora verás. — Murmura el chico rubio mientras dejaba las cosas que tenía en manos en una de las mesas que tenían para los niños en la guardería.

Salió corriendo en dirección a su compañero y aprovechando que estaba de espaldas se había lanzado a él, mala idea, eso había causado que la Luna perdiera el equilibrio y cayera hacía adelante, Sun en ningún momento lo soltó y se mantenía abrazandolo ahora estando recostado en la espalda del mayor.

— ¡Te tengo! — Lyan ahora estaba sentado, sin quitarse de encima del contrario que claramente estaba tratando de levantarse.

— ¡Avisa antes! Me vas a romper la espalda. — Se quejó la Luna.

— Owww, pobre de mi futuro esposo, ya está tan viejo que le duele la espalda.

— ¿Cómo me has llamado?

Lyan tenía que aguantar la risa, también le gustaba molestar a su pareja a su manera.

— Viejo, ya tienes tus añitos querido.

— No, ¿me acabas de decir futuro esposo?

Los colores se le subieron al rostro del solecito, ahora estaba completamente rojo dándose cuenta de lo que acaba de decir, así que en realidad no estaba molesto porque le haya dicho "viejo", había puesto más atención en la otra manera en que le había llamado.

No tenía alguna manera de justificar lo que había dicho, fue de manera inconsciente, se levantó enseguida de encima del contrario y le ayudó a levantarse, empezó a balbucear tratando de explicar porqué le dijo "futuro esposo".

— Creo que uno de los niños está comiendo pegamento. — Interrumpió Moon mientras parecía hacer una mueca de dolor, esa caída al suelo fue un poco dolorosa.

— ¿¡Qué!? — Sun no dudó en voltear en dirección donde estaba el pequeño grupo de niños y podía ver cómo uno de ellos tenía un bote de pegamento, al parecer quería comerlo. — ¡Niños! ¡Eso no se come, les hará daño!

Y así el solecito salió corriendo en dirección al pequeño grupo de demonios y les estaba regañando, a su manera, por el hecho de casi comer pegamento.

Moon sonreía como un idiota mientras miraba al bufón de ropas amarillas y ligeros tonos naranjas, ¿debería concederle el deseo de ser su esposo? Era muy pronto para eso, pero quizás para algún futuro lo iba a considerar.

ꞋꞌꞋ  El Sol y la Luna  ꞋꞌꞋ   Where stories live. Discover now