ꞋꞌꞋ El Sol y la Luna ꞋꞌꞋ

▷ Llamadas

Después de las palabras que salieron de los labios del mayor la habitación se había hundido en un profundo silencio, no era incómodo, al contrario, ambos disfrutaban del silencio. La mano derecha del menor se encontraba acariciando el cabello de su novio y éste antes mencionado estaba empezando a quedarse dormido por estas mismas caricias que le daba el menor. Gruñe cuando ya no obtiene las caricias en su cabello y sus ojos se abren buscando al chico rubio que ahora estaba de pie a un lado de la cama, traía solamente su ropa interior.

— Bien, voy a arreglarme para salir así que ya no te molesto. — Ha depositado un pequeño beso en la frente de Damián para compensar el hecho de que lo había despertado hace unos minutos atrás.

— ¿Me vas a dejar solo? — Habló la Luna somnoliento, apenas podía mantener sus ojos abiertos. — Solo acuestate conmigo... Solo unos 5 minutos más.

— Ah no, no me vas a convencer con esas palabras, ¡ya te conozco! Solamente quieres que me vuelva a acostar para usarme como almohada y que te de mimos, ¿verdad?

— Pfff, ¿qué? noooo... ¿Qué tiene de malo que quiera pasar otro rato contigo? Podemos dormir o... Dormir... Mmmm...

— Uhm, sigues sin sonar muy convencido, solo descansa cariño. Voy a tomar una ducha.

Damián asiente, sabía que sus intentos por mantenerse despierto ya no estaban funcionando así que solo cierra sus ojos para poder descansar un rato más, no acostumbraba a despertarse temprano si no era para ir a trabajar en la guardería. Como siempre, ya ni se sorprendía que el chico de ojos rojos estuviera durmiendo toda la mañana, era todo un dormilón.

Abre la puerta del baño y la deja entrecerrada, desde el accidente de hace unas semanas Damián era un poco inseguro con que Lyan se pasara encerrado en el baño así que el chico rubio quería darle seguridad al mayor, por eso cada vez que iba a ducharse dejaba la puerta abierta por si pasaba cualquier cosa, así Moon no tendría que derrumbar la puerta solo porque estaba preocupado. Ríe un poco nervioso al recordar que hace poco había pasado que Moon a las 4 de la mañana queriendo derrumbar la puerta cuando su pareja simplemente había ido a hacer sus necesidades, había salido todo somnoliento del baño viendo a su novio agitado que le había abrazado con fuerza, recuerda que en ese momento estaba confundido y no entendía nada de lo que pasaba. Damián podía llegar a ser demasiado inseguro en ese tema.

Sacude un poco su cabeza dejando de sumergirse tanto en sus pensamientos y se acerca a la llave del agua fría para abrir ésta, era algo extraño pero en las mañanas le gustaba bañarse con agua fría ya que de esa manera obtenía más energía para todo el día. Empieza a tararear una suave melodía, ese tipo de melodías le recuerdan mucho a su pareja cuando intenta hacer que los niños duerman, bueno, hacia el intento ya que no siempre era efectivo.

Tardó solo un par de minutos para poder bañarse ya que al final le había dado frío así que se había apurado. Una vez sale de ducharse toma una toalla empezando a secarse con ésta para no dejar que las gotas de agua caigan al suelo una vez salga del baño, termina de secarse, pone la toalla alrededor de su cintura para enseguida salir del baño.

— Bueno, parece que alguien finalmente decidió empezar a levantarse temprano. — Murmura viendo el rostro de su pareja, se veía molesto. — ¿pasa algo?

— No.

Una respuesta seca. Sun conocía a Moon, cuando respondía de esa manera tan rápida y directa significaba que estaba mintiendo o que algo estaba mal.

El menor se acerca al armario que ambos compartían para empezar a buscar un par de prendas ligeras que pudiera ponerse, había tomado lo primero que había visto, unos shorts ya que estaban en época de calor y también había agarrado una camisa que no le pertenecía a él ya que cuando se la había puesto le quedó holgada. Le gustaba tomar las prendas de Damián.